Esan Ozenki, alto y con actitud
Un CD recoge lo mejor del sello impulsor del rock euskaldun de los años 90
BilbaO
PRIMERO fue la reciente recuperación para su distribución digital de todo el catálogo de Esan Ozenki. Y ahora, llega el CD que recopila la voz de 24 de los artistas que hicieron historia con el sello independiente impulsado por Negu Gorriak, con Fermín Muguruza al frente, y que fue ejemplo de actitud comprometida y credibilidad en una década, la de los 90, en la que impulsó el rock -y sus derivados- parido en Euskal Herria y en euskera. Su importancia resulta incuestionable al recordar las canciones de Amay Say, Delirium Tremens, Ruper Ordorika, Pilt, Anari, Selecta Kolektiboa, EH Sukarra, Xabier Montoia o Etsaiak. "La aventura marcó una época y cambió nuestras vidas", recuerda Muguruza.
Fermín y su hermano Iñigo venían de reventar plazas, frontones y pabellones -y no solo vascos- con Kortatu cuando, con apoyo de Kaki Arkarazo, exM-ak y ahora reputado productor, formaron Negu Gorriak. Aunque su lehenbiziko bala fue un debut imparable editado con Oihuka, que se abría con una canción titulada Esan Ozenki, su segundo álbum, Gure jarrera (nuestra actitud), editado en 1991, marcó el nacimiento del sello del mismo título con un logo explícito y revelador -un tiparraco gritando a través de un megáfono- y con la mente puesta en experiencias foráneas similares desde el punto de vista político, musical y "empresarial".
marcar una época Quien mejor lo puede explicar es el propio Fermín Muguruza. "Hace 20 años comenzamos una aventura de producción discográfica independiente que marcó una época pero sobre todo cambió nuestras vidas", recuerda el músico de Irun, que siguió el ejemplo de "dos referencias claras de actuación en este campo de sellos independientes, marcadas por un grupo motor en cada caso", apostilla el director del sello. Se refiere al sello Dischord, impulsado por Ian Mackay, de Minor Threat, y Alternative Tentacles, regido por el líder de Dead Kennedys, Jello Biafra.
Lanzado como sello de los discos de Negu Gorriak, el salto fue inmediato y abrió sus puertas a "nuevas bandas que utilizaban el euskera como lengua común, independientemente del estilo que practicaran", según Muguruza. A través de una política que merece el mayor de los respetos, invirtiendo los beneficios de las ventas del grupo madre -y aprovechando sus conexiones internacionales para la distribución- en el sello y repartiendo beneficios al 50% con los grupos que grababa, en una década editaron 200 referencias, a las que habría que añadir su filial, el subsello Gora Herriak, abierto a bandas foráneas, y su continuidad, Metak y Kontrakalea, que en un lustro lanzaron casi otro centenar de discos.
Y para "celebrar aquella energía creadora, como elemento transformador en un contexto socio-cultural específico de una época", ahora se edita un CD que sirve de documento sonoro a una forma de autogestión que confió en el euskera, mostró apertura de miras estilísticas, confió en cantantes femeninas y se sintió siempre orgullosa de su especificidad cultural. El recopilatorio es buena muestra de ello y salta de los propios Negu Gorriak a las aventuras posteriores de sus miembros, las de Fermín Muguruza y la de Joxe Ripiau, sin olvidar a músicos de sonido y "discurso" menos evidente que el de la "escudería", como los de Jabier Muguruza y Ruper Ordorika.
De la amplitud del sello da muestra el resto de la nómina del recopilatorio, que va del rock alternativo indie de Ama Say al trash de Etsaiak, pasando por el reggae de King Mafrundi; el sonido de francotiradores como Anari o Xabier Montoia; el punk con melodía de EH Sukarra; el rock pétreo de Dut; el (casi) pop de Deabruak Teilatuetan; el hip hop de Selektah Kolektiboa o mujeres como Sorkun, sola o al frente de Kashbad, y Afrika. "Gure ordua heldu da txo/euskalduna naiz eta harro nago/esan ozenki". El ejemplo de una actitud y un modelo de autogestión que marcó una época. ¡¡Respect!!