MichAEL Fassbender visita Donostia para presentar Shame, la película que le dio la Copa Volpi al mejor actor en el Festival de Venecia por su papel de un hombre adicto al sexo, un tipo de rol que le atrae mucho más que los personajes de Shakespeare.

"Me resultan especialmente atractivos los personajes nuevos, los directores nuevos y los escritores nuevos. No planeo meterme en la piel de grandes personajes como Hamlet", aseguró ayer el actor en una entrevista.

Cuando hay un guion que le afecta y le hace sentir "algo muy fuerte" va a por ello, añade este actor, protagonista de los dos largometrajes del británico Steve McQueen -Hunger y Shame-, con el que espera volver a trabajar "en un futuro no demasiado lejano", ya que tienen "algunas cosas en mente".

Fassbender, actor también de Malditos bastardos, de Quentin Tarantino; X-men: Primera generación, de Matthew Vaughn, y Jane Eyre de Cary Joji Fukunaga, es de los que repasa sus interpretaciones una vez montada la película, aunque lo hace desde un punto de vista "bastante" técnico, analizando fallos o viendo donde resulta más creíble.

Nacido en Heidelberg (Alemania), en 1977, y criado en Irlanda, Fassbender se considera "definitivamente" un actor europeo, aunque "muy influido" por las películas estadounidenses de los años setenta y sus héroes. "Me sirven de inspiración cuando creo un personaje, pero me siento un actor europeo y además estoy muy orgulloso de ello. Más, después de haber estado viajando estos dos últimos meses por Europa", asegura.

rodaje "embarazoso" Lo ha hecho en moto, acompañado por su padre y un amigo del colegio. Y en moto también llegó a la capital guipuzcoana, tras haber recorrido cerca de 4.000 millas desde que salió de Londres y haber visitado lugares como los Alpes, Barcelona y, por supuesto, Venecia.

En Donostia, sus seguidoras le han dispensado un gran recibimiento, mayor que el que ha tenido entre los espectadores Shame, situada en una discreta posición en la clasificación de los filmes que optan al Premio del Público.

Le resulta "extraño" el interés que despierta como deseado actor entre las mujeres, pero también lo relativiza y lo toma como algo vinculado al "negocio". "Hay gente con mucha pasión que te espera en los festivales a las salidas de la proyecciones, y además las fans son muy simpáticas. Pero no pienso demasiado en ello, es parte del trabajo", señala.

Inevitablemente, ha respondido ya en numerosas ocasiones a la pregunta sobre sus desnudos integrales en Shame, donde su personaje enlaza una tras otra sus esporádicas relaciones sexuales con desconocidas y prostitutas.

"Durante el rodaje, es bastante embarazoso andar así en una habitación en medio de un montón de extraños, pero tenía plena confianza en Steve McQueen, que quería contar una historia desde un punto de vista humano. Sabía que estaba en buenas manos", ha dicho el actor, con barba de dos días y muy informal, de camiseta blanca y vaqueros.

Fassbender asegura que en papeles tan intensos como el Brandon de Shame o el de Bobby Sands de Hunger, en que interpreta al famoso preso del IRA fallecido en huelga de hambre, le cuesta evadirse del sufrimento del personaje, aunque intenta salir de él cuanto antes y ajustarse a su propia vida.

Aún no sabe decir si ya ha digerido su éxito de Venecia, pero insiste en que lo que más le importa es "seguir investigando, seguir aprendiendo" y continuar en la profesión de manera "sencilla".