El Campos Elíseos levanta esta tarde el telón para dar la bienvenida a una nueva edición del Festival de Cine Fantástico de Bilbao. El plato fuerte serán los 19 filmes que serán proyectados desde hoy mismo y hasta el próximo día 10 en varios escenarios. Antes, los aperitivos llegarán en forma de cortometrajes con label vasco. En total, serán diez las piezas agrupadas en esta categoría.

Una programación que consolida la proyección de la capital vizcaina en este mundillo. No en vano, el FANT (31 ediciones ya) se estrena este año como socio de la Federación de Festivales Internacionales Méliès (MIFF). Y todo ello sin perder de vista las producciones más cercanas, de kilómetro cero. Lo decía Amaia Domingo, directora del FANT, quien destacó “la apuesta por el talento local” que cada año realiza este certamen. Lo hizo durante la presentación de esos diez títulos vascos que optan a hacerse con los 3.000 euros al mejor corto o los 2.500 euros previstos en esta categoría propia y que serán proyectados hoy a partir de las 22.30 horas.

Cortos a concurso

En el encuentro de presentación estuvieron los directores de los cortometrajes participantes, de los que cuatro han sido realizados en euskera. Entre ellas, A-Maniki (2025, Elixabet Nuñez), en el que “una anciana con dificultades frente al mundo digital desaparece”, y Una carroña (2024, Daniel Alegrete), en el que, “tras un intento de suicidio, Pablo despierta para descubrir que su cuerpo está muerto, pero su mente sigue viva”.

El apunte

Treinta cortometrajes. La Sección Oficial de cortometrajes proyectará este año 20 trabajos: los diez de la sesión dedicada a los cortos vascos y diez en la sesión de cortos internacionales. Otros diez participarán en la Sección Panorama Fantástico en Corto.

Euskera. El Fant impulsa por segundo año una convocatoria para promover proyectos para la producción de un corto de género fantástico en euskera. Los participantes defenderán su proyecto en una sesión abierta al público ante un jurado especializado.

También competirán Deja de hablarme (2024, Laura Guerricaechevarría), cuyos personajes “habitan un viejo apartamento en el que madre e hija se enfrentan a un silencio que las gobierna”, y Ehiza (2024, Aitzol Saratxaga), ambientado en una pequeña aldea vasca de finales del siglo XIX en la que el párroco “desaparece sin dejar ni rastro”. A estos trabajos, se suman Etorriko da (eta zure begiak izango ditu) (2024, Izibene Oñederra), en el que “una pequeña comunidad que ha entrado en estado de colapso se adapta como puede a la nueva realidad”, y Gizaki (2024, Xanti Rodríguez), donde “Kana, una tierna criatura que viaja por los deseos de los jóvenes, ayuda a una amiga con un problema adentrándose en su subconsciente”.

En Hotz (2024, Lander Castro) “un hombre y una mujer embarazada atraviesan un bosque nevado tratando de huir de un oscuro pasado relacionado con un traumático crimen”, mientras que en Planetagatik (2024, Eneko Muruzabal Elezcano). Completan la sección Presencia (2024, Igor Salutregi Gabiola), en la que Ana Mari, de 109 años “combate la soledad con un pasatiempo muy especial”, y Tragedium (2024, Gastón Haag), centrada en “una deuda sin resolver y tres matones que van a hacerse cargo del asunto”. – J. Fernández