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Joxan Iza: Oscuridades sobre la ciudad

Joxan Iza: Oscuridades sobre la ciudad

donostia

EL oñatiarra Joxan Iza (Bergara, 1963), vuelve a exponer su cosmovisión sobre la ciudad y sus habitantes, en una excelente muestra en la galería Arteko de Donostia, en la que sigue tejiendo y destejiendo, construyendo y deconstruyendo, estructuras básicas urbanas a través de su pintura. En Iza hay algo de sabio arquitecto, de constructor de ciudades modernas, un tanto alegres y alborotadas, cercanas a las actuales Londres y Barcelona, en las que se produce el milagro de la vida, el color y el dinamismo de personas y arquitecturas, pero sobre las que siempre parece pender la espada del desastre, la destrucción, el caos, y el cataclismo.

Todo es orden, estructura, color, dinamismo, construcción, hasta que parece, no sabemos muy bien por qué, ni para qué, pero lo intuimos, la oscuridad de las fuerzas ocultas, del desastre, la destrucción, y la noche. Lo que antes era color, deviene ahora en negro, marrón y blanco. Lo que antes era orden, unidad y estructura, se torna ahora en caos, garabateo y desestructura. Lo que antes era imagen, arquitectura y humanidad, se convierte ahora en macma, abstracción, y mancha informe.

Los enemigos de la ciudad acechan. Los enemigos de la polis nos infectan y nos invaden. Iza lo intuye, nos previene, y nos avisa. Iza lo plasma con crudeza, y con un lenguaje plástico, herencia del expresionismo, del comic, del grafitti, y con un lenguaje mix, rápido y bien construido, nos lo planta delante de los ojos. Iza es hijo de Picasso y del Gernika. Picasso ya lo dijo: "Toda guerra es inútil y estúpida".

Pero la de ahora es más sibilina e invasiva que la de los alemanes. Lo infecta y oscurece todo. Es una crisis de valores, no solo económicos. Es una crisis global y mundial, que acecha a la ciudad y a sus gentes, que acecha al tejido urbano-humano en su conjunto. Por eso hay que tomar medidas, hay que rearmarse, no hay que cerrar los ojos, ni dejarse seducir por las luces de neón nocturnas.

Hay en esta muestra como dos visiones urbanas, complementarias, necesarias ambas en el proceso del artista, contrapuestas, pero no contradictorias, anunciadoras de visiones útiles y algo más que estéticas y plásticas. Son propuestas de construcción de la ciudad sostenible, habitable, humanizadora, en la que el hombre y la mujer surgen como nuevos Caballos de Troya, para implantar la justicia y un nuevo orden internacional. Sus esculturas constructivistas, puzzle, bricolaje, así lo confirman.

Son criaturas nuevas, a caballo entre la humanidad y la tecnología, el parto de la ciudad nueva, en que los robots y las nuevas fibras, crearán una red de nuevas relaciones y procesos, en los que el arte se verá también inmerso e involucrado. Iza va por buen camino. Lo sabe y lo sabemos. Es de proceso lento, pero creativo, comprometido y esforzado. Hay oscuridades sobre la ciudad y sus habitantes en estos momentos.

De su producción quisiéramos destacar sus tres litografías, Museo de fósiles, sus delicadas Acuarelas, sus óleos de pequeño formato como Baratzako pikua u obras mayores, como Obabako babak, Ecopolis, Alto standing, y sus últimas series negras como Picadillo Park, Lorelandia, y sus esculturas mix, Caballos y antropoides articulados con materiales de reciclaje. Una lección desde el Valle de Oñaiti como homenaje a nuestro amigo, el dinamizador cultural Patxi Hipólito.