Bilbao. "Señoras y señores, este mundo está lleno de gente de todo tipo. Blancos y negros. Ricos y pobres. Buenos y malos. Y aunque, en muchos aspectos, todos somos diferentes, lo cierto es que todos tenemos algo en común: todos envejecemos". Así es como Tricicle presenta su última creación como directores teatrales, para terminar apostillando: "Así que no desperdiciéis la vida; vivid cada momento y, sobre todo, no dejéis que ningún mamarracho os la amargue".

Forever young es un musical de comedia que cuenta la historia de siete actores que se interpretan a sí mismos, pero dentro de cuarenta años, cuando estén residiendo en un asilo para artistas retirados. Y tal y como reconoce Joan Gràcia, miembro de Tricicle y codirector de esta versión de la obra de Erik Gedeon, "la obra tiene un mensaje fantástico de fondo: que la vida solo dura dos días y que hay que mantenerse siempre joven".

Así es que estos enérgicos nonagenarios se resignan a ser simplemente viejos en una residencia de ancianos, sin nada mejor que hacer que alargar la siestas hasta la hora de apagar las luces. Tal y como explica el equipo de producción de la versión española de Forever young, "este es un espectáculo tierno, sin jamás rozar lo cursi; divertido sin caer nunca en el mal gusto; e inteligente pero, a la vez, para todos los públicos". En definitiva, Forever young es un canto a vivir la vida. Y muy bien cantado, al ritmo de canciones grabadas en la memoria colectiva: desde Satisfaction hasta La puerta de Alcalá, pasando por la misma Forever young o La chica de ayer, entre otros himnos populares.

Sobre el escenario arrastrarán sus dolores musculares -¡sin perder ni un ápice de dignidad!- actrices y actores como María Adamuz (Queen: We will rock you y Grease), Jacobo Dicenta (Don Juan Tenorio), Dulcinea Juárez (Queen..., La bella y la bestia), Armando Pita (El fantasma de la ópera), Rubén Yuste (Oliver Twist, Grease) y Edith Salazar (músico colaboradora de Miguel Bosé, y maestra de Alejandro Sanz y Amaia Montero, entre otros), con el certero acompañamiento del pianista Marcos Cruz. Rock y humor a borbotones.