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La metamorfosis de Zubiaga

w El músico de Mocedades y El Consorcio muestra su etapa artística más recientew Varias de sus fotografías se exponen, hasta el 21 de agosto, en Villasana de Mena

La metamorfosis de Zubiagafoto: Luis gómez

bilbao

a Carlos Zubiaga le ha resultado fácil cambiar el estudio de grabación, donde grababa y corregía los sonidos musicales, por un estudio fotográfico, donde usa el Photoshop. El cantante de El Consorcio, Los Mitos y Mocedades ha dejado atrás la música para dedicarse en pleno a su anhelado hobby, la fotografía creativa. Con la cámara en mano, lleva años retratando distintos escenarios y creando imágenes visiblemente borrosas e incluso, en ocasiones, distorsionadas, pero con un alto grado de interpretación y creatividad.

Su inclinación por la fotografía lleva décadas macerando en este mito bilbaino. "Era yo el que siempre me encargaba de sacar las fotos de los viajes durante los tours musicales", cuenta y agrega que en aquella época su herramienta era la cámara analógica. Zubiaga confiesa que nunca pudo ignorar sentirse atraído por la acción de plasmar una realidad en fotografía.

El miembro de Mocedades reconoce sentir devoción por el arte en general, especialmente por la música y por la fotografía. Además, añade que no es el dinero lo que le motiva, por consiguiente, expresa que "a cualquier cosa a la que dediques tiempo y calor te llega a apasionar", y al parecer es su caso.

El tiempo libre del que dispone y el "placer por investigar" ha llevado a este popular músico a profundizar en su actual faceta como fotógrafo artístico. El resultado de su empeño se puede apreciar en su página web, en la que ha incluido un amplio repertorio de fotografías para todos los gustos.

Es usual entre artistas recordar las primeras obras con más cariño y Zubiaga no es una excepción: "Aquellas imágenes retratadas entre las Siete Calles de Bilbao". Ahí fue donde este artista tomó sus primeras imágenes, ya que se trata de una de las zonas que más interés le producen. Los "callejones estrechitos" de este rincón de Bilbao es donde más magia se produce en opinión de Zubiaga. "Ahí comencé a fotografiar a los transeúntes", recuerda este bilbaino de pro.

Entre sus más de 700 obras, dedica una serie a los puertos y zonas industriales, y cuenta que "siempre que visito pueblos costeros voy en busca de redes y barcas, proas y cargas. Me impresionan también los distintos reflejos de luz que produce el mar".

"La vida te lleva por caminos que nunca te esperarías", así explica su cambio de rumbo artístico Carlos Zubiaga. A su vez, detalla que su vocación despertó durante un peregrinaje por el Camino del Santiago. Durante el recorrido fue experimentando con una "pequeña máquina fotográfica" las distintas posibilidades de expresión que brinda este arte. "Me llevé una cámara con la que empecé a sacar instantáneas", recuerda, y fue una vez en casa donde le surgió la curiosidad: "¿Qué puedo hacer con esto?". A partir de entonces, Zubiaga aprendió a convertir las imágenes en arte usando como herramienta de trabajo el programa de edición Photoshop.

exposición A unos 45 kilómetros de Bilbao se encuentra Villasana de Mena, población por la que el artista siente mucho apego. "De pequeño iba a veranear a ese pueblo, y cerca de ahí nació mi padre", explica emocionado por la memoria. A este dato se debe el entusiasmo con el que recibió la solicitud por parte del Ayuntamiento de la villa de preparar una exposición.

Es en el antiguo convento de Santa Ana, un edificio de estilo mudéjar datado del siglo XVI, donde tendrá lugar la exposición de las obras de Zubiaga. Hasta el 21 de agosto, las obras de este músico apasionado por la fotografía se expondrán en una de sus salas. La muestra no ha sido bautizada, y es que el artista confiesa que le parece complicado encontrar un solo nombre que defina toda su obra expuesta. "Tal vez, Locuras de un jubilado o El placer por investigar podrían servir", asegura a la vez que añade que "no me gusta poner nombres largos y complicados a mis obras, no soy así". El artista deja claro que prefiere reunir las obras por series como tiene en su página web. Y Ciudad posiblemente sea "la mejor manera de denominar esta serie" que estará visible hasta la semana próxima, admite el artista.

En el repertorio presentado, Zubiaga apunta el objetivo de su cámara hacia las calles bilbainas para capturar, de nuevo, el tránsito de personas en su frenético día a día. Estos retratos de dinámica realidad diaria son tratados posteriormente en el estudio aportando ese significado artístico del músico.

Después de 45 años dedicándose a la música, Zubiaga decidió dejarla en un segundo plano para desarrollarse como fotógrafo abstracto. Han transcurrido cuatro años desde que el músico se sumergió en esta afición. Sus obras, en la mayoría, parecen estar dibujadas, como si fueran acuarelas. En otro gran número de imágenes, se percibe el movimiento de las figuras que en ellas aparecen. En los tres años que lleva mostrando su trabajo en público por la red, es notorio que el artista ha evolucionado descubriendo las posibilidades que le brindan sus nuevos instrumentos de trabajo. Son varias las personas próximas a él que apuestan por su habilidad y futuro como artista en el campo de la fotografía. Una vez finalizado el verano es posible que Carlos Zubiaga se dé a conocer a través de distintas exposiciones por el mundo.