bilbao. El pintor, escultor y fotógrafo estadounidense Cy Twombly falleció ayer en Roma a los 83 años de edad, informó a Efe Eric Mézil, director de la galería Lambert en Avignon que exhibe actualmente la última gran exposición de este gran artista. Twombly, residente en Italia desde hace más de 50 años, se encontraba hospitalizado desde hace días en la capital italiana, aseguró Mézil, que calificó al estadounidense como "uno de los mejores maestros".
El Guggenheim Bilbao le dedicó una gran retrospectiva en 2008 y el museo cuenta en su colección propia con Nueve discursos sobre Cómodo, una serie de nueve pinturas realizadas por el artista en 1963 en Roma e inspirada en el emperador, que la pinacoteca adquirió por 20 millones. Con un fondo gris, los lienzos plasman la situación política vivida durante los años de su gobierno con una pintura gestual y con colores vivos.
Cy Twombly era uno de los máximos exponentes del expresionismo abstracto y estaba considerado por los especialistas uno de los creadores más influyentes de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Nacido en Lexington (Virginia, EEUU) en 1928, fue un artista apegado a la civilización mediterránea y su obra estuvo fuertemente influida por la mitología clásica, griega y latina, y por toda la literatura europea, desde Arquíloco o Catulo hasta Rilke o T.S. Eliot. Según explicó Mézil, que le conocía desde hace 20 años, Twombly descubrió en Italia "el amor por el Mediterráneo, por la historia del arte y por la cultura antigua".
a contracorriente Twombly no concedía entrevistas ni se dejaba fotografiar. Siempre pintó y vivió a contracorriente. Se apartó de Nueva York, centro neurálgico del arte en los años sesenta, y tras su periplo por Europa y el norte de África, se casó con Tatiana Franchetti y se instaló en Roma en el año 1959. Por aquel entonces, que un artista norteamericano viviera en Europa no dejaba de sorprender y enfadar a muchos críticos que no entendieron esta decisión. Decían de él que era el artista americano más europeo.
Influido tanto por el expresionismo de su compatriota Jackson Pollock y el dibujo automático de los surrealistas, el arte de Twombly se ha comparado muchas veces a los grafiti, aunque él mismo rechazaba esa descripción al ver en ellos una agresividad, una rabia que no tenía su arte.
En una de las raras entrevistas que concedió, Twombly explicó al director de la Tate Modern de Londres que trabajaba en oleadas, casi por impulsos, dado su carácter impaciente. Aplicaba además el color directamente del tubo y lo extendía luego con las manos por la superficie del lienzo en forma de manchones más o menos densos.
Sus pinturas fueron ganando color a medida que Twombly alcanzó la madurez artística hasta desembocar en un auténtica explosión de colores, como si fueran fuegos artificiales.
A sus 80 años, dos de los museos europeos más importantes decidieron rendirle homenaje. Tras el éxito obtenido en la Tate Modern de Londres, llegó al Guggenheim Bilbao una gran monográfica que reunió un centenar de obras, entre pinturas, esculturas y dibujos de uno de los pintores más considerados y figura principal de la generación de artistas americanos que incluye a Jasper Johns, Robert Rauschenberg y Andy Warhol.
Londres le dedicó una exposición a las similitudes entre Twombly y Poussin, un artista que Twombly dijo que le hubiese gustado encarnar, si en otra época hubiese tenido la ocasión. Ambos se trasladaron a la capital de Italia con 30 años de edad, en ese país pasaron la mayor parte de sus vidas y desde allí saltaron al estrellato de la pintura en sus respectivos tiempos pictóricos, que en el caso de Twombly se reflejó en el expresionismo abstracto.