Bilbao
Vas a ir al calabozo!", amenazaba uno de los humoristas a mitad de una conversación ya de por sí absurda. Al calabozo no, pensaba el otro para sus adentros, como si no hubiese peor fortuna para nadie en el mundo. Ante semejante amenaza solo había una escapatoria: había que fardar de cultura; había que demostrar que no se podía enchironar ni mandar a las catacumbas a un hombre que... a un hombre que leía a... ¡a un hombre que leía a Kierkegaard! Pero, ¿quién demonios era Kierkegaard? Y más aún, ¿qué leches escribía ese tío?
Probablemente casi nadie de entre el abarrotado público que solía ovacionar a esta pareja de humoristas tenía la menor noción sobre quién era ese tal Kierkegaard, capaz de librar del terrible calabozo a alguien. No al menos hasta que Faemino y Cansado acuñaron la sempiterna frasecilla: "Que va, que va, que va... yo leo a Kierkegaard". Pues el tal Kierkegaard -a estas alturas ya no es noticia, pero...- era un teólogo y filósofo danés cuyo nombre de pila era Søren, y cuyo apellido ya sabemos. -"¡Te vas a ir al calabozo!". -"Que va, que va, que va... yo leo a Kierkegaard". -"A bueno, en ese caso...". De esa manera tan absurda, pero que tantas carcajadas ha arrancado a los amantes del humor, concluían las absurdas discusiones de estos "genios del ingenio".
DEIA ofrece, mañana, la oportunidad de rememorar aquellas históricas sesiones bautizadas como El orgullo del tercer mundo, y que veinte años después de haber sido emitidas por televisión, no han perdido ni vigencia ni, mucho menos, gracia. Por que el bueno humor no caduca.
Por tan solo 50 céntimos podrá disfrutar de una de estas sesiones, grabadas en directo, para acordarse, aunque sea por un instante, de Søren Kierkegaard. DEIA continúa ofreciendo más cultura.