BILBAO. La consejera de Cultura, Blanca Urgell, acompañada por el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna; el presidente de la Fundación Iberdrola, Manuel Marín; la experta en arte Alicia Fernández y el director del museo, Javier Viar, han presentado hoy, junto con el artista, la exposición "Fabulario", que permanecerá expuesta hasta el próximo 12 de junio.
La muestra reúne 26 pinturas de mediano y gran formato realizadas por el artista durante la última década y que en su mayoría no han sido expuestas con anterioridad. "Espero que os guste. Yo no he podido hacer más, no sé pintar mejor, así que no esperéis de mí nada que no esté en esta exposición", ha dicho el pintor.
Tamayo ha avanzado que lleva varios meses trabajando en una serie de imágenes que espera le ayuden a configurar nuevas obras. "Mi próximo proyecto será la arquitectura fantástica, es decir, la creación de imágenes de ciudades inventadas", ha señalado.
Un avance de ello se encuentra precisamente en su última obra "Lessimore town", realizada en el año 2010 y que puede contemplarse también en la muestra bilbaina. Se trata del único cuadro en el que "no aparece ningún icono figurativo. Para mí no meter ningún monigote pueden creer que es un gran esfuerzo pero supongo que si la arquitectura es lo suficientemente jugosa pues lo haré", ha concluido.
La consejera Blanca Urgell ha destacado que la obra de Tamayo se ha impuesto como una de las más importantes de su generación y de toda la cultura vasca contemporánea. "Su estilo es uno de los más inmediatamente reconocibles, lo que ya es un síntoma claro de la fuerte personalidad con la que el artista resuelve su trabajo. Además esta su maestría en el color, su imaginación narrativa, su sabia ejecución y su compleja capacidad expresiva que contempla el drama humano como la escenificación de un juego para configurar una creación del más alto valor artístico", ha destacado.
Según ha indicado, a través de un "envolvente humor" el poblado "geométrico y engañoso" mundo de Tamayo "nos arrastra de cuadro en cuadro como si cada uno de ellos fuera una de las numerosas ventanas de una atalaya sobre el territorio, en cada unas de las cuales se relata una fábula sobre la realidad".
En este sentido, Alicia Fernández, que ha participado en la elaboración del catálogo de la muestra, ha destacado que en las obras de Tamayo se pueden contemplar elementos de la mitología vasca o paisajes de la ría de Bilbao, mezclados con un mundo imaginario abierto a la interpretación del espectador.
De hecho, en sus obras puede hallarse una reinterpretación del "Jardín de las delicias" del Bosco ya que refleja en sus cuadros "cantidad de historias, cuentos o invenciones que él crea de sus propio imaginario peor en relación con la realidad".
PRIMERA PROMOCIÓN
Daniel Tamayo inició a finales de la década de los años 60 estudios de aparejador, que abandonó pronto, y tuvo una breve experiencia como dibujante publicitario.
Entre 1969 y 1970 vivió en Barcelona, en donde estudió Diseño, Dibujo y Pintura. Después residió durante breves períodos en Londres y París hasta que en otoño de 1970 ingresó en la primera promoción de la entonces recién creada Escuela de Bellas Artes de Bilbao. Tras esta formación comenzó a compatibilizar el desarrollo de su carrera artística con la docencia y en 1980 se convirtió en profesor del área de Pintura de la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU, labor que sigue desarrollando en la actualidad,.
Después un comienzo influido por la figuración derivada de diversas manifestaciones del movimiento pop y por algunas figuras referentes del arte contemporáneo español, como Luis Gordillo, Tamayo ha construido su propio estilo, en el que destaca el gusto por el dibujo geométrico, las formas de carácter marcadamente conceptual y una intensa policromía en tintas planas.