El valor de los hermanos Coen
En la película "O Brother!", inspirada en la "Odisea" de Homero, los protagonistas buscan El Dorado Logró una nominación a los Oscar y este año los directores repiten con diez, gracias a "Valor de ley"
LAS sinopsis de las películas de los Coen resultan engañosas. Ponga unos delincuentes de alto riesgo, otra de trabajos forzados y una misión, y lo que podría ser un drama o un thriller en manos de otros directores, en el caso de los cineastas estadounidenses se convierte en un material iconoclasta, surrealista y cómico.
En las sociedades posmodernas, el individuo no encuentra sentido en un ambiente opresor e ideologizado, y los carismáticos personajes de los Coen se sienten plenamente identificados con ese mundo volátil, falso y corrupto. En la sociedad del entretenimiento, los tres huidizos protagonistas encuentran sentido a sus vidas a través de la impostura y la mentira en O Brother! que se reparte mañana con el ejemplar de DEIA por solo 0,80 euros. George Clooney, John Turturro y Tim Blake Nelson, el único que leyó Odisea, de Homero, la obra en la que dicen haberse inspirado, se dedican a cantar y creer en un Dorado que no llega. En esa libre adaptación los Coen sientan las bases de una forma de entender el cine como discurso posmoderno: entretenimiento libre de códigos referenciales, que se alimenta del humor negro, la cultura pop y la idiosincrasia estadounidense.
Los académicos de los Oscar creyeron que había un trabajo que merecía la nominación en la categoría de Mejor Guion Adaptado. Solo los Coen podrían salir bien parados de una transformación de tal calibre. Solo ellos y otros pocos superdotados creadores de imágenes y texturas podrían modificar las epopeyas de la Grecia clásica.
La acción de O Brother! sucede en un páramo sureño donde prima la Gran Depresión. Allí deambula el mítico personaje Ulises, reconvertido en Everett Ulysses McGill (George Clooney), un delincuente con el pico de oro y devoción pactista.
Así se suceden pasajes brillantes, como el concierto en plena campaña política, la celebración ecuménica de los alborotadores del Ku Klux Klan o la grabación de un disco country por parte de los tres fugitivos. En ese ejercicio irreverente, se atreven con algunos tabúes como el racismo y el conservadurismo político y social y homenajean a un gran actor como Gable, el caballero impoluto. El disco con las grabaciones de la película, con I am a Man of Constant Sorrow a la cabeza, funcionó muy bien.
Una prolífica carrera
Reconocimientos
O Brother! es el ejemplo de la capacidad visual de los Coen para crear historias y ponerlas en cuestión. Los creadores de El gran Lebowsky y Fargo lanzan un órdago a los mecanismos sociales y políticos, profundamente enraizados en la sociedad sureña. Lo hacen con la soberana tranquilidad de una puesta en escena ágil y cuidada, que mima las interpretaciones y las situaciones disparatadas. La mejor garantía de O Brother! es la solvencia de los hermanos Coen, que año tras año suman más candidaturas a los máximos galardones de la industria del cine: los Oscar, de los que ya atesoran cuatro estatuillas. Si con Fargo se estrenaron con cuatro candidaturas y el galardón a Mejor Guion Original, con O Brother! lograron una, pero se quedaron sin premio. Sin duda alguna, No es país para viejos fue la película con la que obtuvieron el reconocimiento de la Academia con tres Oscar: Mejor Guion Adaptado, Mejor Director y Mejor Película. En 2009, fueron candidatos con A serius man pero se quedaron a las puertas. Este año pueden repetir como Mejor Película gracias a Valor de ley, que ha cosechado diez nominaciones, entre las que se encuentran a Mejor Director y Mejor Guion Adaptado. Los Coen, un valor seguro.