Azpeitia. Los cerca de 10.500 libros que componen el Fondo Antiguo de la biblioteca del santuario de Loiola se trasladarán "en breve" a la nueva biblioteca que la Universidad de Deusto inauguró en 2009 en Bilbao. La bibliotecaria trabaja en los últimos detalles de la catalogación y descripción de los ejemplares para que todo quede bien documentado antes de su traslado.
Así, según explica el superior de la comunidad de jesuitas de Azpeitia, José Mari Etxeberria, "estarán en manos de los investigadores guipuzcoanos y de todo el que quiera acceder a ellos". Además, la Nueva Biblioteca Universitaria de Deusto, CRAI, tiene un plan de restauración que aunque confiesan que es lento, poco a poco proceden a la consolidación de aquellos ejemplares que lo necesitan con más urgencia, deteniendo su deterioro y protegiendo el patrimonio para que siga el curso de los años, los siglos, en las mejores condiciones de temperatura y humedad, requisitos imprescindibles para que los documentos se puedan mantener.
Pero el acuerdo no menciona expresamente la digitalización: "La Universidad de Deusto tiene la obligación de mantener la unidad del conjunto de obras que se trasladan bajo la denominación de Biblioteca Antigua del santuario de Loiola en el espacio que considere oportuno dentro de las instalaciones de Bilbioteca Universitaria CRAI. Todo ello con el objeto de mantener el valor histórico del patrimonio bibliográfico del santuario de Loiola desde sus inicios", recoge el convenio suscrito entre las dos instituciones. El documento añade que "el presente préstamo es por tiempo indefinido, pero reservándose el santuario de Loiola cómodamente la facultad de recuperar la biblioteca" prestada con el "simple requerimiento" .
Entre este material que se trasladará a la moderna biblioteca de la Universidad de Deusto destacan las 37 joyas impresas antes del año 1500, como Geografphiae... de Estrabon (1480), o incunables de autores como Angel de Clavasio, Nicolus de Lyra, Guilielmus Ockam o Guillaume Brition.
Sólo 5.000 en todo el Estado Precisamente, los contrarios al traslado destacan el valor de los incunables, que podrían sobrepasar fácilmente el precio de 100.000 euros cada uno en cualquier subasta, ya que en todo el Estado sólo hay 5.000 libros publicados en los inicios de la imprenta, antes del año 1500. Tres mil de estos ejemplares se encuentran en la Biblioteca Nacional de España.
En Gipuzkoa, el centro cultural Koldo Mitxelena de Donostia tiene en su haber siete incunables, Aranzazu podrá tener unos tres, en Lazkao otros tantos, pero la mayoría, 37 se encuentran en Loiola. Por lo tanto, en Gipuzkoa, hasta ahora había en total unos 50 incunables que se reducirán hasta trece cuando se haga efectivo el anunciado traslado.
Eso sí, el material que se trasladará a Deusto no es más que una pequeña parte del fondo con el que cuenta Loiola, con cerca de 150.000 libros, 170 metros lineales de documentación histórica en la que se plasma la realidad del día a día desde el siglo XV al XIX, 150 metros lineales de partituras musicales, 36 de revistas literarias de música, 12 metros de correspondencia y otros documentos manuscritos de músicos, 30 metros de grabaciones sonoras, varias cajas con fotografías de músicos relevantes y diversos objetos pertenecientes al compositor y musicólogo Nemesio Otaño.
La diputada de Cultura, Maria Jesus Aranburu, destaca que "a pesar de ser importante la localización física de Gipuzkoa, para nosotros lo más importante es que estén al alcance de todos". "La Diputación Foral de Gipuzkoa firma convenios para digitalizar los archivos que se encuentran en manos privadas, para así poder ponerlos en manos de la sociedad, pero teniendo en cuenta la actual situación económica es imposible realizarlos todos a la vez". Así contextualizan el acuerdo firmado a su vez entre la Compañía de Jesús de Loiola con la Universidad de Deusto.
Aranburu subraya que en Loiola hay "un gran tesoro" y que la Diputación intentará "trabajarlo y socializarlo como es debido". Este argumento en absoluto convence a los defensores de que Loiola en particular, y Gipuzkoa en general, mantenga su patrimonio cultural, ya que la digitalización de los 10.500 libros podría salir más barata que el mero traslado de Loiola a Bilbao, ya que hay que contratar a una empresa especializada para realizarlo.
"La digitalización no supone que se trasladen del fondo original los libros. La producción cultural tiene que estar en el lugar en el que se generó. Los santuarios, monasterios y conventos siempre se precian de enseñar a los visitantes todo su patrimonio y una buena biblioteca está entre ellos. La calidad de la biblioteca del santuario de Loiola está fuera de toda duda. Gipuzkoa tiene pocos fondos documentales y si ahora nos desprendemos de unos se da una deslocalización cultural, una descapitalización", explica el experto profesor Xosé Estévez.
Los opuestos a este traslado interpretan el movimiento del patrimonio como la capitalización de una zona en detrimento de otra, la de Gipuzkoa: "Supone un expolio para Gipuzkoa y además Loiola es un referente universal. Es muy fácil digitalizar los fondos y trasladar lo digitalizado a Deusto, manteniendo el patrimonio en Loiola", añade Estévez.
Digitalizarlo, en Loiola "Lo que tienen que hacer es acondicionar la zona en la que está para que se pueda mantener ahí", reivindica el experto, que no entiende las razones económicas como argumento para el traslado, ya que añade que "el dinero que se van a gastar en el traslado es suficiente para la digitalización. Estoy convencido". Los expertos, además, destacan que el archivo tiene que estar dentro de una biblioteca para que los investigadores puedan interpretar su contenido. "Para interpretar un archivo hay que tener libros de época. No puedo interpretar documentos de 1430 con libros de ahora, hacen falta libros del momento, libros de la época, los que él refutó, que son los que están en la biblioteca que se quieren llevar", explica el catedrático de Deusto José Luis Orella.
Desde ese punto de vista es inconcebible dejar parte de la biblioteca y llevarse otra: "Eso no puede ser, el investigador necesita esa biblioteca y luego completarla con otras bibliotecas", reivindica Orella al advertir de una posible descontextualización de los documentos.
Los expertos investigadores en absoluto están en contra de que los documentos se digitalicen, pero piden que cree un equipo de trabajo que restaure y digitalice el material en su lugar de creación, en Loiola, que actualmente cuenta con una sola persona encargada para el enorme patrimonio. Además, dudan de que la digitalización se vaya a hacer efectiva en la nueva infraestructura de Bilbao, precisamente por razones económicas.
"Gipuzkoa ha perdido ya facultades de historia, sólo quedan algunas delegaciones, pero la facultad ya no existe y ahora está perdiendo los instrumentos para poder escribir la historia del territorio de Gipuzkoa", sentencia Orella.