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De cuando potean los poetas

El "Pote Verso" congrega en Gasteiz a aficionados, escritores y editores que leen o escuchan poemas

De cuando potean los poetasFoto: jaizki fontaneda

EL gasteiztarra café El Ideal abrió sus puertas hace menos de un año, pero en este breve tiempo se ha convertido en un puntal de movimiento de cultura, por ejemplo con sus fotografías de actores, actualmente la colección de vinilos de su propietario, Luis Cerceda, y Carlos Martínez, y de forma especial porque un grupo de poetas -aficionados, escritores o editores consagrados, profesores, oyentes...- han encontrado en él su espacio para mover poesía. Así, se ha convertido en sede del Rincón de los Versos, un sábado al mes, y, desde enero, una tarde de martes o miércoles cada mes encarna el escenario del Pote Verso, un pretexto ideal para dar rienda suelta a la imaginación, recitar, inventar sobre la marcha, parafrasear... con gracia y en un ambiente cómplice.

Aquí no hace falta dar la talla ni tener carnet de nada: sólo un euro, gracias al cual se puede tomar un pote y recibir un poema. Y, a partir de ahí, uno de los organizadores, Julio Varela, coge el micrófono y empieza a provocar a los presentes, que se han ido reuniendo, intercambian impresiones, toman notas, ríen... En el caso del pasado miércoles, el tema era libre, por lo que la veintena de poetas que se congregaron iban tomando la voz y la palabra con una cierta anarquía y los poemas fueron diversísimos. Sí hubo un rato en que la actividad adquirió un curioso dinamismo, pues la pintora Selene Pérez disparó "He bajado la persiana para que no salga la noche", y la profesora y poeta Ángela Serna la secundó, comentando que "va de breves", seguida de una cascada de poemas cortos de sus compañeros.

Serna, experta en literatura y poeta, y el editor y escritor Roberto Lastre, amantes de promover cultura y popularizar la lírica, son padres de estos encuentros. Ángela ideó el Rincón de los Versos, en el que todos leen, y Roberto pensó en una cita distendida en la que algunos recitan sus poemas, otros los de diferentes autores, hay quien sólo escucha, desde la barra los clientes que van a tomar algo se fijan en la actividad anexa... el miércoles unas niñas se sentaron, curiosas, a escuchar cómo el también profesor Julio Varela jugaba con palabras con algo así como un cuento sobre una gallina y un gallo...

contra viento y partido En realidad, el Pote Verso del 7 de julio respondió a la aclamación popular de la anterior edición, aquel 16 de junio en que la lluvia atacó con fiereza el Norte peninsular. El Ideal acogió a más de 60 participantes en un evento que conmemoraba a Federico García Lorca, mientras esta semana las vacaciones, el partido de la selección española y los Sanfermines no pudieron con una veintena de irreductibles amantes de la poesía. Muchos se habían disculpado antes porque se hallaban de viaje y no podían estar con sus congéneres poéticos. "Está teniendo mucho éxito. Sólo lo convocamos por carteles, correo electrónico y boca-oído, y algunos te piden por e-mail que les avises, otros vienen desde Bilbao, etc.", relata a DEIA Ángela Serna, una de cuyas ex alumnas, la francesa Aurélie Holler, da fe de lo heterogéneo del Pote Verso, pues esta licenciada en Filología Hispánica escribió sobre la marcha unos versos que luego leyó y también recitó un poema en francés.

Mantones de manila y aceitunas verdes decoraron el encuentro sobre Lorca, y obtuvo una gran respuesta también el relativo a la Poesía Erótica, en el que acabó todo el mundo cantando, con acompañamiento de un guitarrista. El otro día, unos snacks y unas velas compartían mesa con apuntes, fotocopias, tachones, libros, poemas encontrados en internet... de los poetas asistentes. Lo mejor, comentan los organizadores, sería que "cada vez vienen personas más jóvenes, y la gente va trayendo a más gente. Incluso hay quien dice que no le gusta la poesía y en cambio se interesa".

"Somos personas con sensibilidad que sacamos los sentimientos de dentro, preferentemente en verso", describe Reinaldo Prusilla, un incondicional que forma parte de un taller de poesía de la fundación para mayores Mejora. Muy sonriente, Carmen Miñón, que ha publicado su poemario Veinte lunas sin artes pero se autodefine "autodidacta", se mezcla con Selene Pérez, con la también pintora y poeta Blanca Zabala, con la miembro del taller creativo de la EPA pero con libro propio Julia Vadillo... Cerca, se halla tomando notas Aurélie Holler. "Ángela es una profesora particular porque es poeta, y nos anima a sus alumnos", explica la filóloga, también fan del Pote Verso, con un libro de poemas en ristre que su tutora le regaló.

Ángela Serna inició la lectura, no en vano es rapsoda. Onomatopeyas de relojes (tic tac), sentimientos duros (Volverán el dolor y la pena/ la rabia sorda y seca), reivindicaciones (los Ojos verdes prohibidos en el franquismo), una Julia Vadillo que declama con gracejo y de memoria, una Daniela Bartolomé que juega con las palabras, desde las entrañas (presentará un poemario de amor con Antonio Molina el día 17 en Karrantza); un guiño a la talla 40 con acento sevillano, apuntes cogidos con hilvanes y compartidos con quienes se comprenden... Eso es el Pote Verso: leer, escuchar, crear, divertirse, compartir. "Una delicia" para Serna.