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Adiós al inventor del lenguaje raro

La saga Ozores pierde a uno de sus pilares con el fallecimiento de Antonio, a los 81 años, en Madrid

Adiós al inventor del lenguaje raroFoto: efe

madrid. "Eso no se hace, caca". Probablemente, esta sea una de las frases que más veces repitieron ayer los familiares y amigos de Antonio Ozores al conocer la muerte del prolífico actor valenciano. Según dio a conocer la Academia de Cine, Ozores falleció tras una larga enfermedad en la Clínica oncológica Anderson de Madrid.

Antonio Ozores Puchol nació en Burjasot (Valencia) el 24 de agosto de 1928, era miembro de un clan de artistas de la comedia popular española. Era hijo de los actores Mariano Ozores y Luisa Puchol, hermano del actor José Luis Ozores y del director de cine Mariano Ozores, tío de Adriana Ozores y padre de Emma Ozores, con la que compartió su última pieza teatral.

Con el arte cómico por sus venas, debutó como actor a los ocho años y más de 160 películas y 200 obras de teatro, numerosas series de televisión y programas de radio atesoran un patrimonio artístico hilado por su peculiar forma de hablar y que le unió a nombres de la comedia popular como Fernando Esteso, Andrés Pajares y Juanito Navarro.

Apareció por primera vez en cine en 1951 a las órdenes del maestro Edgar Neville en su cinta El último caballo, pero no fue hasta 1956 cuando empezó a perfilar la que sería su imagen de marca: la de la comedia con aroma de sainete, basada en su humor gesticulante y su atropellada verborrea.

Los dos títulos de ese año fueron Viaje de novios y Torero de alegrías, comedias que no recabaron el prestigio de la crítica pero que se convirtieron en clásicos populares casi instantáneos, inaugurando así una serie de cintas de corte similar. Eran tiempos en los que se rodaba con rapidez y eficiencia. En 1959 apareció en Quince bajo la lona, Tenemos dieciocho años, Los tramposos, Los económicamente débiles y Salto mortal.

Tras la intensidad cinematográfica de los años 60, que iba abriéndose como la propia España al contenido un poco más picante y a la ruptura de los tabúes calurosamente recibida por la audiencia, Ozores decidió concentrarse en otro de sus territorios más transitados: el teatro.

En 1982 volvió al cine con la película El hijo del cura, dirigida por su hermano y en la que coincidió con Fernando Esteso, con el que volvería a trabajar, junto a Andrés Pajares, en Agítese antes de usarla.

Un año más tarde, Antonio Ozores debutó tras la cámaras con Tres patas para un banco, en la que también se reservó un papel junto a Raúl Sender y Juanito Navarro, con quien repetiría en 1984 en A partir un Peñón.

A mitad de la década de los ochenta, Ozores dio un paso más allá en su popularidad gracias a la pequeña pantalla, especialmente en el programa concurso de Televisión Española Un, dos, tres, dirigido por Narciso Ibáñez Serrador. Y siguió abriéndose a colaboraciones con cómicos como Tip y Coll.

Volvió al género de la revista en 1986, de nuevo junto a Juanito Navarro en A por todas que se representó en el Teatro Apolo de Barcelona, en ese mismo año realizó una gira por toda España con el espectáculo teatral Ya somos europeos.

Durante los años noventa, siguió trabajando en títulos de cine como El disparate nacional, bajo la dirección de su hermano Mariano Ozores, y siempre se mantuvo activo porque "siempre hará falta un señor mayor en una película".

Su cuerpo fue trasladado al tanatorio de La Paz de Tres Cantos donde se instaló la capilla ardiente. La última despedida al actor se realizará hoy. Sus restos serán incinerados a las 13.00 horas después de una misa funeral al mediodía.

reacciones La familia estaba abatida por la noticia y su hermano Mariano Ozores sólo encontró consuelo en que "era un hombre muy querido y respetado por el público".

Las muestras de pesar por el fallecimiento de Antonio Ozores no tardaron en aparecer. Compañeros de profesión y periodistas lamentaron la pérdida del actor. "Era tronchante trabajar con él, improvisaba sobre la marcha, era de un ingenio bárbaro", comentó el actor José Sacristán quien recordó la ayuda que le prestó la familia Ozores en sus inicios en la profesión. "Me ayudaron mucho y siempre contaron conmigo. Teníamos una manera muy distinta de pensar, pero eso no impide que el recuerdo que tengo de ellos sea de agradecimiento".

Afectada también se mostró Concha Velasco que le consideraba un "hermano" y remarcó la especial relación que le unía con la familia. "Éramos íntimos. He visto nacer a su hija Emma. Nos reuníamos todas las navidades, y la primera película que hicimos juntos fue Los tramposos en la que era mi hermano".

Otra compañera de profesión, Pilar Bardem, describió a Antonio Ozores como "una persona profundamente divertida y un actor profundamente serio en su trabajo", que "inventó un lenguaje con su capacidad de improvisación". A pesar de que los Ozores nunca contaron con el prestigio crítico de los Bardem, la actriz reconoció el gran valor del fallecido por "su capacidad para que la gente le quisiera, porque era un grandísimo actor".

Pero no sólo los actores lamentaron la pérdida del actor. El periodista Luis del Olmo, al que Ozores acompañó en su programa radiofónico durante 9 años, destacó al actor como "uno de los genios del humor, uno de los últimos colosos de la sonrisa que deja un hueco difícil de cubrir".

El director general del ICAA, Ignasi Guardans subrayó el mérito "de la risa, del buen humor y del saber estar en las películas" en las que trabajó Ozores. "Ha hecho reír y sonreír a mandíbula batiente a muchas personas", concluyó.