El lunes, José Ortega Cano concedió una entrevista a Ana Rosa Quintana en el retorno de la presentadora al programa que lleva su nombre tras superar un cáncer de mama. De toda esa conversación, en la que el torero dijo muchas cosas, impactó su frase final, en la que se dirigió a su todavía mujer, Ana María Aldón, y le dijo de pie y mirando a cámara. “Mi semen todavía es de fuerza, ¡vamos a por la niña!”.

Su mujer ha estado este miércoles en Fiesta, el programa de fin de semana que presenta Emma García pero que ha aparecido entre semana al ser festivo, quizá para hacer honor a su nombre. Y ahí ha explicado lo que sintió al ver la entrevista, resumido en dos palabras más que significativas: “Tristeza y bochorno”.

Aldón quedó impactada por esa frase final de Ortega Cano y no quería verla otra vez. “No quiero verla, porque pienso que el primer perjudicado en la desafortunada frase, petición o declaración de amor que hizo es él, y a mí no me gusta verle sufrir. Creo que se dio cuenta tarde y cuando se dio cuenta se sintió mal. Esa frase no es de cariño, yo no entiendo eso por cariño. No es vocabulario usual de él. Yo creo que estaba muy nervioso desde el principio, cuando leyó lo que llevaba escrito, y llegó un momento en el que se sintió como que estaba con amigos y lo soltó como si fuese una broma mala”, afirmó y precisó que a ella no le había pedido perdón.

La andaluza dejó claro que no quiere ir a por la niña con él. “Desde luego no compartimos intenciones”, dijo y aseguró que esas no fueron las palabras que más le dolieron. Lo pasé mal, no por esas palabras, hay otras palabras e intenciones a las que doy muchísima más importancia, hay otras cosas que te hieren el alma”.

En concreto se refería a las declaraciones de Ortega Cano que dijo no entender “que en un principio ella era fan de Rocío Jurado y después ya estaba en contra de que se hablara de ella”. Aldón fue muy clara al responderle. “No he estado nunca jamás en contra de que se hable de Rocío Jurado. Al contrario. ¿Por qué? ¿Qué me ha hecho ella a mí? Sigo siendo fan, pero para ser fan de Rocío Jurado no tengo que acostarme cada noche con un hombre mientras él está viendo vídeos de Rocío Jurado. Eso ha sido habitual, y en los últimos tiempos más. Cada vez se aferra más a Rocío, qué bien era todo con ella… Y ahora la persona que está a su lado soy yo. Y no me da mi sitio”.

Ana María Aldón aseguraba estar harta de las continuas declaraciones de Ortega Cano diciendo que Rocío Jurado es la mujer de su vida. “Yo he sido durante años muy generosa no queriendo borrar la huella de nadie. Pero yo sí quiero que mi huella se quede. Y si yo piso y no se queda la huella, con el paso del tiempo te vas dando cuenta. Indudablemente ese es el punto en el que yo realmente me doy cuenta del poco valor que tengo para él. Si piensa que una mujer es mucho más que yo lo mismo es demasiado para mí. Yo no valgo menos que nadie”.

Todo ello hace que ya no se plantee retomar la relación de pareja, como sí pedía el torero el lunes. “Lo mejor que puede pasar sería que cada uno tomara su camino y nos respetáramos. Si nunca te he hecho feliz, ¿cómo quieres que esté enamorada? Han tenido que pasar cosas muy feas para que tenga las ideas claras. He pasado momentos muy muy duros en los que no encontraba consuelo con nada ni con nadie. Esta entrevista ha podido empujar hacia algún sitio”.

Aldón insistía en que ella ha sido clara con su marido, en que le ha dejado claro que ya no le quiere. “Estoy cansada de decir, en privado y en público, y a él también, que ya es tarde, que se acabó. Se le olvida lo que he pasado este verano. No voy a volver a pasar por ahí y bajo ningún concepto voy a permitir cosas que han pasado, sobre otras personas y sobre cuestiones de pareja. Ahora estoy fuerte y sabré salir de esta sin dañarle”.

Y también explicaba por qué, pese a que su relación está rota, sigue viviendo en la misma casa que Ortega Cano. “Si estuviera sola y no tuviera familia habría salido de ahí. No estoy sosteniendo ninguna situación ni estirando ningún chicle. Yo no tengo dónde ir y mi casa está a 700 km de ahí. No voy a meterme en el primer sitio que encuentre porque no tengo esa necesidad, porque mi niño (el hijo de ambos, de 9 años) vive en un entorno muy cordial en el que nos respetamos y no hay gresca. Se hará cuando se tenga que hacer, pero que a mí nadie me obligue a tomar una decisión apresurada, ni a poner mis maletas y a mi hijo en la puerta. Esa es mi casa y el hogar de mi hijo, mío y de Ortega Cano”.