Madrid - Rubia, veinteañera y famosa, la vocalista de The Pretty Reckless, Taylor Momsen, quita hierro al revuelo generado por su desnudo en la portada del nuevo disco del grupo, ya que para ella "la sexualidad y la música van unidas porque son humanas". Pese a mostrar su esbelta figura en el álbum Going to hell con una cruz dibujada en su cuerpo, mantiene que no es la provocación ni la controversia su as en la manga para vender discos. "Mi única forma de conectar con los fans son mis letras, a través de ellas es cuando realmente me desnudo", asegura con motivo de su paso por Madrid. La música es "mi salvación", añade Momsen, quien mantiene el equilibrio sobre grandes plataformas y luce un collar de perlas, que contrasta con bisutería roquera en consonancia con sus preferencias musicales, plasmadas también en las letras que dan vida a un trabajo que "huye de ornamentaciones y arreglos" y que cede el protagonismo a una voz potente, a veces muy íntima, que se mezcla con sonidos guitarreros y hard rock.
A Taylor Momsen le gustan las referencias bíblicas, como demuestra el título de algunos de sus temas, en los que el cielo y el infierno son dos destinos no excluyentes. Una cruz como firma del grupo y una visión redentora de la música como la mejor exorcista de los demonios completan la simbología mística de esta joven actriz, modelo y cantante que toca el piano y escribe sus propias canciones. "La soledad o la vida, que a veces es un asco", inspiran a esta compositora que saltó a la fama por su papel de Jenny Humphrey en la conocida Gossip Girl. Prefiere que se le identifique por su música, pero no le importa hablar sobre un pasado que lejos de avergonzarle, como ocurre en el caso de otras artistas como Miley Cyrus, le recuerda la variedad de facetas con las que es capaz de crecerse. Su look un tanto gótico, que incluye unas perennes gafas de sol, dice mucho de la rebeldía de esta artista que con solo 2 años ya hizo sus pinitos en publicidad y en cine. - Isabel Peláez