Un viaje en el tiempo de la mano de Euskararen Etxea
¿Sabían que la palabra txoko procede del árabe y el término txapela, del francés? Estas y mil cuestiones más se aprenden en Euskararen Etxea, una casa creada en 2004, premio Museo 2025 del Consejo de Europa
Es un espacio, se diría casi que mágico si se considera que en sus orígenes tenía un objetivo: emprender un viaje en el tiempo. Euskararen Etxea, el Centro de Interpretación de Euskera está construido a partir del concepto general de viaje: el viaje a través del tiempo. Allá en la plaza Agoitz, ubicada en el barrio de San Inazio, .Euskararen Etxea luce una estética de edificio clásico de puertas hacia fuera, aunque ha de considerarse que en su interior se conservan un sinfín de sorpresas. No por nada, el renovado Centro de Interpretación del Euskera, ubicado en Euskararen Etxea y que dirige Iurdana Acasuso, evoca en su acceso a la entrada a una nave espacial. Unas cabinas donde uno puede sumergirse, una silueta recortada que recuerda a los acantilados, bajo el lema Aupa Maurizia, un juego de cajas que se abren y se cierran en los que se demuestra las relaciones del euskera con otras lenguas del mundo –txoko, por ejemplo, procede del árabe y txapela del francés, pongamos caso...– ofrece la oportunidad de acercarse al euskera de una manera amable, abierta y optimista, pero también de una manera precisa y rigurosa.
Puesta en marcha hace dos décadas, en 2024, por el Gobierno vasco, el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación Foral de Bizkaia, Euskararen Etxea es gestionada a día de hoy por Azkue Fundazioa. El 21 de febrero de 2023, en coincidencia con el Día Internacional de la Lengua Materna, fue reinaugurada tras una profunda transformación y la introducción de nuevos elementos interactivos, de los que les daba noticia un párrafo más arriba.
¿Puede hablarse del salón principal de la casa...? Parece ser que sí. Allí se ubica el Centro de Interpretación del Euskera (CIE) quiere transmitir la fuerza vital y la diversidad del euskera. Asimismo, reivindica la implicación personal, ya que cada uno suma al euskera. En definitiva, el carácter diverso del euskera nos une, suma. Ofrece la posibilidad de cursar una visita lúdica y detallada basada en los sentidos; es decir, partiendo de una visita que orbita alrededor de la experiencia, las personas visitantes se sumergirán en el carácter poliédrico del euskera. Con el aire moderno que gasta, se diría que el euskera es una lengua viva pese a su antigüedad. No en vano no se ha quedado como una lengua fósil: avanza hacia el futuro a pasos de gigante tras años duros en el pasado. Ni siquiera el vendaval de las prohibiciones fue capaz de llevárselo volando.
Hagamos una visita de interior. Por ejemplo, comienza este paseo al recordar que las puertas de la casa del euskera permanecen abiertas desde el 3 de diciembre de 2004 para todos aquellos euskalzales, investigadores o personas que puedan tener interés en el euskera o en temas relacionados con el idioma de Aitor.
La casa del euskera tiene cuatro plantas pero puede dividirse en dos zonas principales. Por un lado, los dos últimos pisos forman la zona de trabajo compartido de diferentes organizaciones y instituciones que trabajan en temas relacionados con el euskera. En el tercer piso se encuentran la Asociación de escritores vascos Euskal Idazleen Elkartea, Topagunea (federación de organizaciones de euskera), Euskal Pen Kluba y la asociación de cultura Mendebalde Kultura Alkartea. En el cuarto, se encuentra la asociación de ikastolas de Bizkaia.
Por otro lado, en los dos primeros pisos se encuentra la zona destinada a acoger actividades y usos relacionados con el euskera. Entre otras cosas, podemos encontrar en el primer piso el Centro de Interpretación del Euskera.
Le hablaba tiempo atrás de una renovación de Euskararen Etxea en 2023, un proyecto que se ha modernizado para poder volar por el siglo XXI. No parece que la decisión fuese de bajo calado. No por nada, la web de Museums Association publicó el pasado año la noticia firmada por la periodista Geraldine Kendall Adams en la que se recoge una buena noticia para la cultura vasca en general y para el euskera en particular. Euskararen Etxea (La Casa del Euskera), situada en el barrio bilbaino de San Ignacio, ha recibido el Premio Museo del Consejo de Europa 2025. Con él esta institución europea reconoce a los museos que realizan una “contribución significativa a la comprensión del patrimonio cultural europeo”. Recuerdan los papeles que Euskararen Etxea fue fundada en el año 2004, como resultado de la colaboración entre la Diputación Foral de Bizkaia, el Ayuntamiento de Bilbao y el Gobierno Vasco. A día de hoy la gestiona Azkue Fundazioa.
El representante del comité del Premio del Museo, Constantinos Efstathiou, lo definía de la siguiente manera “Euskararen Etxea es una iniciativa de base con actividades intergeneracionales para promover la transmisión y el uso de la lengua vasca. Es un pequeño gran museo, con sólo tres personas fijas que gestionan muchas actividades y una red de socios, entre ellos la Universidad de Bilbao, y muchas asociaciones de la sociedad civil”.
El árbol del libro, el jardín del euskera, blogs en euskera o los Hi(ZKI)bridos que son mutaciones entre la literatura y la oralidad. Eventos que transforman letras, sonidos, versos e imágenes en los que han participado varios creadores, entre ellos Miren Agur Meabe, Itziar Ugarte, Ana Galarraga, Petti, Maialen Lujanbio, Xabier Erkizia, Ibon Rg, Miren Amuriza, Ane Labaka, Mari Luz Esteban o Itxaro Borda, son algunas de los muy variopintos usos que se pueden dar a la casa.