Padre e hijo en tiempos ilustrados de la medicina en Bilbao
José s. Ruiz de Luzuriaga defendió la ilustración en la medicina y su hijo abanderó la salud pública
La altísima tasa de mortalidad por tuberculosis y una terrible epidemia de cólera en plena Revolución Industrial del siglo XIX supuso el motor de la transformación de Bilbao. Un siglo antes ya se habían levantado arduas polémicas en torno a las enfermedades que había vivido la sociedad en general y la vasca en particular. En esa escena aparece José Santiago Ruiz de Luzuriaga, médico perteneciente a la corriente de la Ilustración que tuvo un papel fundamental en el desarrollo de la variolización en España anterior al descubrimiento de la vacuna antivariólica en 1796. Llegó a Bilbao en 1773 como fiel defensor de la ideas de la Ilustración cuyo principal objetivo fue disipar las tinieblas de la ignorancia de la humanidad mediante las luces del conocimiento y la razón.
Hubo un choque de ideas en todos los ámbitos (filosóficos, culturales, científicos etc.) con las ideas del Antiguo Régimen heredadas del feudalismo y reacias a cualquier cambio cultural, político o incluso científico. La medicina no fue una excepción y en muchos casos se resistió a la ilustración. Un ejemplo de ello fue la disputa en cuanto a la inoculación de la viruela, práctica que defendió José Santiago hasta el último extremo. En 1775 inoculó a nueve niños. Dos de ellos hijos suyos (el más pequeño, de 18 meses, falleció por la aberrante inoculación y a José Santiago le cayeron chuzos de punta de un sector académico...), para demostrar la bonanza de esa práctica. El tiempo le daría la razón. José Santiago falleció en Bilbao en 1793 y otro de sus hijos, Ignacio María, fue un impulsor de la salud pública en España.
José Santiago Ruiz de Luzuriaga demostró el valor de la inoculación del virus de la viruela frente a los ataques académicos
Ignacio María nació en Villaro, tierra natal de su padre, en 1763. Sus primeros estudios los hizo a partir de 1777 en el Seminario de Vergara, centro docente creado por la Sociedad Bascongada de Amigos del País para la educación de los hijos de la aristocracia y burguesía vascas. Posteriormente realizó la licenciatura de medicina en la Universidad de París y el doctorado en la Universidad de Edimburgo. La Química fue una de las materias de su máximo interés. Tras un breve paso por la Facultad de Medicina de Montpellier, uno de los centros más notables del vitalismo científico europeo de la época, regresó a España para exponer sus conocimientos.
Tras rechazar una plaza de docente en el Seminario vergarés, se instaló en Madrid. Durante dos años, al objeto de revalidar su título de médico, estuvo ligado a Sobral. Su creciente prestigio profesional le valió en 1790 ser recibido en la Academia Médica de Madrid, con la que se vinculó de por vida.
La invasión napoleónica fue especialmente sentida por Ruiz de Luzuriaga. El mismo año en que era nombrado vicepresidente de la Academia madrileña fue arrestado y deportado a Francia. Una eficaz intervención de la Academia hizo posible que fuera devuelto a España. Durante el periodo de ocupación Ruiz de Luzuriaga se mantuvo profesionalmente activo y realizó varios informes de carácter sanitario.
Su hijo Ignacio vivió la invasión napoleónica y fue pionero en la defensa de diversos campos de la Salud Pública en España
Su labor más destacada fue su actuación como principal defensor y propagador de la vacuna contra la viruela en España. Ruiz de Luzuriaga apuntó la importancia para la salud de los colorantes utilizados por los confiteros, la adulteración de la leche por los lecheros, los vinos, el pan y otros productos alimenticios básicos. Preconizó la necesidad de una legislación eficaz que evite los abusos.
La higiene naval constituyó otro aspecto al que Ruiz de Luzuriaga dedicó abundantes escritos, en especial la prevención del escorbuto, la potabilización del agua, reanimación de ahogados etc. Los niños expósitos fueron otro de los temas sociales que acapararon su atención. Siempre guiado, les digo, por las ideas de la Ilustración. Como su padre.