Síguenos en redes sociales:

Rincones perdidos en la memoria

Un pueblo y su guerra

Se recuerda este año el 150 aniversario del levantamiento del Sitio de Bilbao, un dos de mayo de 1874. Aún quedan escenarios de aquella batalla, todo un paseo por el ayer que te lleva hacia los días luminosos, de aquella victoria

Un pueblo y su guerraJOSÉ LUIS PELLICER

El 21 de febrero de 1874 –han pasado 150 años ya...– comenzó la lluvia. Eran días de carnavales. Fue un aguacero de bombas que cayó sobre Bilbao como si la conquista persiguiese un castigo. Pero antes de sumergirnos en ese infierno, pongámonos en contexto. La caída de la reina Isabel II en 1868 y la apertura del Sexenio Democrático (1868-1874) inició un periodo de cambios e inestabilidad política en España. En esa atmósfera de la búsqueda de un nuevo rey volvió a primer plano el pretendiente carlista, denominado por sus partidarios como Carlos VII. A esta defensa de la legitimidad carlista se unieron los católicos conservadores, conocidos como neocatólicos, que veían con temor los cambios políticos que trajo la Monarquía democrática (1869-1873) y la I República (1873-1874). Todo eran temblores.

Surgieron entonces meses de lo más delicados. La economía temblaba como un flan. Y nuevamente, como había sucedido en la primera guerra carlista en los sitios de 1835 y de 1836, los carlistas trataron de conquistar Bilbao, defendida por las tropas acantonadas, a las órdenes del General I. Mª Castillo, y por el Batallón de Auxiliares, formado en abril de 1872. Este Batallón formado por civiles voluntarios para defender a la ciudad de los ataques carlistas, tuvo un destacado papel en el sitio y se convirtió en un símbolo de la lucha contra el carlismo.

El ejército de Carlos María de Borbón y Austria-Este, conocido como el futuro Carlos VII por sus partidarios y como El Pretendiente por los liberales, había colocado grandes cadenas de un lado a otro de la ría que bloqueaban el acceso de los barcos por esta vía. Ha de considerarse que el sitio de la Villa comenzó el 29 de diciembre de 1873. Fue el más prolongado de los sitios carlistas habidos hasta el momento. El 22 de enero de 1874 los carlistas tomaron Portugalete, cerrando el control total sobre la Ría, y el 21 de febrero comenzó, como les decía al comienzo, la lluvia.

No hay pueblo sin guerra a lo largo de su historia a nada que esta sea larga. Tampoco hace falta que ésta sea una crónica histórica que detalle estos días al pormenor. Casi es preferible realizar una visita a las historias paralelas que se vivieron aquellos días, espolvoreadas con algunos datos. Durante el sitio los carlistas lanzaron 6.474 balas, bombas y granadas sobre Bilbao que afectaron a numerosos edificios, mataron a 72 personas e hirieron a 328. A pesar de la dureza de la situación por la muerte, destrucción, enfermedades y problemas de abastecimiento la ciudad resistió hasta el 2 de mayo, cuando fue levantado el cerco por las tropas liberales en Bilbao al mando del general Manuel Gutiérrez de la Concha (¿les suena? La calle General Concha le recuerda...), aunque los tiempos duros no se evaporaron de inmediato.

En los archivos históricos del BBVA se guarda una fotografía con pieles de vaca protegiendo los ventanales de la sede del Banco Bilbao ubicada frente a la iglesia de San Nicolás. Hay testimonios out of the box, un cuadro de Manuel Losada que recrea esa estrafalaria imagen. Durante el Sitio de Bilbao en 1874 la familia Losada logró abandonar la ciudad, rumbo a Santander, antes de que fuera cercada la villa y bloqueada la ría. En 1876, terminada la tercera y última guerra carlista, regresan a Bilbao, y Manuel se reincorpora a su vida escolar, lo que invita a pensar que el cuadro procede de la fotografía.

Fue un acontecimiento emblemático para la Villa, tanto por su duración, como por los efectos que tuvo en la población civil. Así lo sintió, por ejemplo, Miguel de Unamuno, quien rememora estos acontecimientos en su primera novela Paz en la guerra, vividos en primera persona con poco más de nueve años de edad.

A diferencia del primer Sitio ocurrido en 1834, la existencia de la fotografía nos permite visitar los lugares del Sitio de 1874. En el Museo Vasco de Bilbao encontramos dos fondos fotográficos de especial interés: las placas de vidrio y las imágenes en papel que el fotógrafo francés Charles Monnay, establecido en Bilbao en la calle Correo 15 (hoy Correo 10), realizó durante el asedio carlista de 1874. Son vistas de la ciudad, de las instalaciones militares, y de los defensores liberales, tanto soldados como voluntarios. Y el Fondo Errazquin , que incluye varias fotografías de ese período, donde se ven los efectos del bombardeo en calles, plazas y puentes, y las defensas de la villa.

Con el flujo de la Ría detenido, recorramos algunos rincones de entonces. El Arenal era lugar de paseo. Fue completamente arrasada por las baterías carlistas situadas en los montes que rodean la villa. El antiguo teatro, situado en esta plaza (en el mismo lugar que el actual teatro Arriaga), queda muy dañado. Y ya les hablé del Banco Bilbao.

La compañía de zapadores y las compañías 5º y 6º del cuerpo de auxiliares estaban instaladas en la Plaza Nueva, al igual que la Sociedad Bilbaina. Uno de los obuses que caen el primer día del asedio destrozaron por completo la sala de billar.

El puente de Isabel II, hoy puente del Arenal, quedó muy dañado. Entre él y el de San Antón, todos desaparecieron bajo los bombardeos carlistas, al igual que las calle Bidebarrieta, Correo y el Campo Volantín. La Basílica de Begoña fue tomada en un primer momento por los carlistas, pero recuperada después por los liberales y defendida por la Guardia Foral. Los carlistas la bombardearon e intentaron quemarla. La torre se desplomó sobre la bóveda de la nave. Imagínenlo.