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histórico olvidado

Julián Guimón Rezola, aquel a quien la medicina le corría por las venas

Euskaldun en los años duros, fue uno de los fundadores de la facultad médica y un humanista curioso y empedernido

Julián Guimón Rezola, aquel a quien la medicina le corría por las venas

En el Bilbao más clásico que nos queda aún se recuerda aquella pequeña clínica médico-quirúrgica que el pueblo conoció, desde primera hora, como Clínica Guimón, allá en la calle Manuel Allende. Todavía sigue en pie. Fue una de las grandes obras de Julián Guimón Rezola, un médico humanista y curioso, con una vocación a prueba de bombas y entregado a su pasión. Se diría que la medicina le corría por las venas y que no tuvo una vida cómoda. Euskaldun en los años duros y bergarés de cuna, Bilbao fue su tierra de logros.

Veamos cómo fue forjándose el camino. Inició su formación en Bergara y continuó los estudios de Bachiller en Vitoria. Se formó en la Facultad de Medicina de Valladolid, donde comenzó a interesarse por la cirugía al alcanzar la plaza de alumno interno del profesor Muruetagoyena, cirujano vizcaino, catedrático de aquella facultad. Finalizó sus estudios examinándose por libre en la misma facultad, como alumno interno en el Hospital de Basurto. Completó su formación en Berlín, donde trabajó en el Uzbanterankenhaus durante el año 1922.

Tras su regreso a Euskadi se instaló en Eibar durante tres años, tiempo en el que abrió una clínica privada, junto con dos colegas. Regresó a Alemania en 1926, para estudiar cancerología en el Instituto del Cáncer, dirigido por el profesor Halberstädter, período en el que trabajó en la que fue su tesis doctoral: Tratamiento antitumoral del cáncer con Torion X, que, defendida en la Universidad Central de Madrid, fue calificada con la mención de sobresaliente.

En Viena asistió a los servicios de los profesores Eiselsberg y Schönbauer. A fines de este mismo año fue nombrado ayudante de la Tercera Clínica de Cirugía y Urología, en el hospital bilbaino. Fundó un establecimiento clínico en Bilbao, en 1930, cerrado con ocasión de la Guerra Civil. Elegido presidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, en 1934, al año siguiente obtuvo, en oposición y con la unanimidad del tribunal, el puesto de jefe del servicio de Cirugía del Hospital Civil de la Villa. Todo parecía ir bien.

Su inquietud por el conocimiento le impedía detenerse. Participó en la creación de la Universidad Vasca, en la que ocupó la cátedra de Cirugía. Tras la toma de Bilbao por las tropas franquistas, fue sometido a juicio sumarísimo y condenado a dos penas de muerte, conmutadas por cadena perpetua –de la que cumpliría tres años en los penales del Dueso (Santoña, Cantabria) y de El Puerto de Santa María (Cádiz)– y a la inhabilitación de todos sus cargos.

Excarcelado, reabrió su clínica de Bilbao en 1940 para dedicarse a la práctica privada. En 1947 asistió a los servicios urológicos de los doctores Emmet y Green, en la Clínica Mayo; al del doctor Lowsley, en el New York Hospital, y del doctor Nesbit, del Ann Arbor Hospital. Fue uno de los creadores del Igualatorio Médico Quirúrgico, de Bilbao, del que sería presidente entre 1951 y 1957. Durante el bienio 1967-1969 volvió a desempeñar la presidencia de la Academia de Ciencias Médicas, de Bilbao. Como ven, Julián fue lo que siempre se ha llamado un culo inquieto, dicho sea con el mayor de los respetos.

Quienes convivieron con él (y con su brega continua para convertirse en un especialista redondo en urología...) bien saben que contrajo matrimonio con Ramona Ugartechea Isusi, nacida en Getxo en 1909, profesora de piano. Dos de sus hijos son médicos; Jesús siguió la especialidad de Urología y José Guimón ha sido un destacado médico especialista en Psiquiatría, hasta el punto de que fue el introductor del psicoanálisis en los programas universitarios de la carrera de Medicina en España. Bilbao puso su nombre a una calle en homenaje a la memoria de Julián.