EN pleno corazón de la ciudad, apenas a unos pasos de la Herriko Plaza y el Ayuntamiento, se encuentra el rincón hoy escogido para recorrer, de su mano, por un mundo cultural y artístico que tuvo y aun hoy tiene su peso en Barakaldo. El teatro Barakaldo Antzokia que hoy se mantiene en pie con una funcionalidad contemporánea es, sin lugar a duda, un templo de la cultura, el contrapunto, si quieren, a aquellas tierras que fueron conocidas, en los tiempos de la industria pujante, como la localidad fabril. Hoy las fábricas se han convertido en teatro de sueños. No es mala la imagen.
Es bien sabido que el son contemporáneo de las artes escénicas es fruto de tres siglos de popularización de lo que antaño fueron las antiguas corralas y salones reales o palaciegos que reservaban este tipo de espectáculos a las burguesías imperantes, a las clases dominantes. Fue un poco a poco, un goteo, el que produjo el trasvase de la ría de las artes escénicas. Del palacio a la calle.
En el caso concreto de Barakaldo, el despliegue de las artes escénicas ha de asociarse a la apuesta pública decidida por este campo. La animación sociocultural (imperantes desde los años 70 a los 90) así como el estricto cultivo de las artes escénicas y la llegada del cine, propició la creación del viejo Teatro Barakaldo (se construyó en 1930 y situado en el mismo solar donde se erige el actual) avivaron aquel fuego. Este cultivo de las artes escénicas fue significativo e irregular en los años 60 y constante y muy relevante en las décadas de los 70 y 80. La puesta en marcha del nuevo teatro Barakaldo Antzokia el 30 de noviembre de 1990 supuso un nuevo hito y, a día de hoy, las artes escénicas siguen siendo relevantes en la agenda de la ciudad.
Iremos viéndolo todo poco a poco. Del baúl de los recuerdos saco una reseña de difícil constatación. El edificio fue restaurado, según dicen, en 1941 y fue derribado en febrero de 1988. Hay que considerar que el proyecto del nuevo teatro, presentado en 1987, es obra del arquitecto Augusto Terrero. Como les dije, durante las décadas de los 60 y 70 del siglo XX, el teatro fue una plataforma de exhibición del llamado teatro independiente.
El cine lo trajo, ya les dije. La inauguración del viejo Teatro Barakaldo, tal y como detalla Txomin Ansola, cuya capacidad era de 1.262 localidades, tuvo lugar el 5 de septiembre de 1930, con un concierto de música clásica, ofrecido por la Orquesta di Cámara de La Arenas. La prensa no escatimó elogios al nuevo cinematógrafo, cuyo coste había sido de 350.000 pesetas, así La Tarde lo calificaba como “una sala de espectáculos que pueda compararse con las mejores de su categoría por todos los conceptos”. En términos similares se expresaba El Noticiero Bilbaíno. “Ayer tarde se efectuó la inauguración del nuevo Teatro de Baracaldo, construido en la plaza de los Fueros y dotado de todos los elementos exigibles en un salón de espectáculos instalado en una población a la moderna. (…) El nuevo local responde perfectamente a la importancia de Baracaldo”, decía periódico. Al día siguiente comenzó la programación cinematográfica con la proyección, el sábado 6, de El canto del lobo (Wolf Song, Victor Fleming, 1929). A esta le siguió, el domingo 7, Sombras blancas en los mares del Sur (White Shadows in the Sout Seas, Robert J. Flaherty y W.S. Van Dyke, 1929).
El ascenso tuvo lugar en una coyuntura poco favorable como era la grave crisis económica por la que atravesaba Bizkaia, que repercutió de manera particular en Barakaldo y los municipios de la margen izquierda de la Ría, “cuyas poblaciones dan el contingente de concurrencia a nuestro Teatro”, como se encargaba de subrayar el Consejo de Administración del Teatro Barakaldo en su informe de gestión ante la Junta General de Accionistas, celebrada el 17 de febrero de 1932. Con todo, el mayor promedio de días que funcionó el Teatro Barakaldo, que contrasta con su menor rendimiento económico, se debió a que optó por abrir durante todos los meses del año, lo que no sucedía con el Gran Cinema Baracaldo, que durante la época estival siguió interrumpiendo su actividad cinematográfica como era su costumbre desde que se inauguró en 1915. El espectáculo cinematográfico se convirtió de esta manera en un entretenimiento cotidiano al que ahora los vecinos podían acceder durante todo el año.
La nueva apertura, el 30 de noviembre de 1990, como les dije, ya tuvo otro enfoque, más centrado en una variedad de espectáculos. Desde el año 1997 y de manera ininterrumpida, Barakaldo Antzokia acoge, entre los meses de enero a mayo y en sus dos salas, este ciclo de espectáculos dedicados al flamenco en sus diferentes manifestaciones. A partir de 2018 el apoyo a la creación se ha fortalecido como una de las líneas estratégicas de equipamiento, materializándose en el acompañamiento de diversos procesos artísticos. ¿Quieren un ejemplo más? En septiembre de 2021, Barakaldo Antzokia inaugura Dantzalabea, un nuevo espacio para acoger residencias creativas y ensayos de artistas y compañías con vocación de convertirse en un lugar referencial para la danza en Bizkaia. La sala, cuyo nombre evoca el pasado industrial de la localidad y el espacio en el que una idea se transforma en un proyecto, está situada en la planta -1, tiene una superficie de 140 metros cuadrados y ha sido concebida como una caja escénica negra con suelo técnico y tapiz de danza permanente y sistemas de climatización e iluminación. Ofrece condiciones óptimas para la práctica profesional de la danza y la creación.