Una muesca más
Navegando por el agregador de noticias Menéame me he topado con robandotutiempo.com, que se presenta como “un blog de estilo de vida, finanzas personales, consejos útiles y curiosidades”. Mi escepticismo se ha disparado, valorando si tenía ante los ojos una tremenda bola…hasta que me he topado con el artículo “España: la democracia secuestrada por la corrupción y la impunidad judicial”. Comienza así: “La corrupción política en España no es una enfermedad puntual, sino una metástasis institucionalizada”. El último episodio, lo de Cerdán, es una muesca más en un sistema que ha perdido la capacidad de sorprendernos.
La metástasis
Pese a que parecemos inmunizados (a la fuerza ahorcan) contra los escándalos de corrupción, escribo estas líneas con la firme convicción de que vamos de cráneo a unas nuevas elecciones antes de que termine el año -quizás antes de que termine el verano-. A tenor de todo lo que hemos visto esta semana en el Congreso, es cuestión de tiempo que sigan saliendo nombres, cada vez de más calado. Y ojo, que aquí hay mierda para todos: “La mano derecha de Feijóo, Miguel Tellado, le ofreció un pacto a Koldo en marzo de este año”, según una exclusiva de Diario Red: “La vida resuelta” y trabajo a cambio de grabar al PSOE. Vaya panda.
Ella, a lo suyo
En “Brujas de viaje”, del excelso Terry Pratchett (libro que recomiendo encarecidamente), tengo subrayada una frase en la que pienso cada vez que Isabel Díaz Ayuso tiene una de sus felices ocurrencias: “Alguien que había traspasado el horizonte de la locura y se alejaba a muchos kilómetros por hora con aceleración constante”. El autor británico no conoció a la presidenta madrileña, pero no me diga que no es una definición cojonuda. Ayuso sigue erre que erre contra las lenguas cooficiales y ahora censura su “imposición”: “Lo cateto es llamarte Juan y tener que pedir que te llamen Jon en el País Vasco”.
Luego nos extrañamos
Por más vueltas que le doy, no dejo de llegar a la misma conclusión: Que, si queremos libertad, la queremos para todo. También para que quienes tenemos una lengua cooficial la utilicemos, pinganillo mediante o no. Pero algunos llevan mal esta segunda parte. Se conoce que la libertad sólo vale cuando está hecha a su medida. Mensajes como el de Ayuso alimentan el odio y generan el caldo de cultivo perfecto para que luego salgan cositas como ésta: “Investigan a un vallisoletano de 14 años por discurso de odio en redes: racista, homófobo y simpatizante nazi”. Luego, no nos preguntemos cómo es posible.
“El trabajo sucio”
De todo lo que puede decirse de Israel, ahora en una cruzada con Irán, no se me ocurriría afirmar que le está haciendo “el trabajo sucio” a Occidente, desde luego. Dele una releída a la frase, porque tiene tela. Ha salido de la boca de Friedrich Merz, canciller de la muy acomplejada Alemania, que ha expresado un sorprendentemente franco y claro apoyo a Tel Aviv en el conflicto con Teherán: “Solo puedo expresar respeto por el hecho de que el Ejército israelí haya tenido el coraje de hacer esto. De otro modo podríamos haber presenciado el terror de este régimen durante meses y años y posiblemente con un arma nuclear en la mano".