Eran tiempos trepidantes aquellos años de entresiglos, un continuo trajín de maletas, un ir y venir incesante que propició que Jean Cassou naciese en Deusto en el verano de 1897. Era hijo de un ingeniero industrial bearnés y de madre andaluza. A los cuatro años su familia se instaló en Saint-Quentin. El padre murió en 1914 dejando a su familia en una gran pobreza, pero Cassou pudo cursar estudios secundarios en París, en el Liceo Carlomagno y luego en la facultad de letras de la Sorbona, donde empezó una licenciatura en filología hispánica en 1917 y 1918, mientras ejercía de jefe de estudios en un liceo de Bayona.

A partir de 1921 publicó en la revista Mercure de France sus Lettres espagnoles (Cartas españolas). Apasionado por el arte moderno, ejerció como crítico del mismo. Fue inspector de monumentos históricos desde 1932. Participó en numerosas revistas literarias; militante antifascista, un defecto físico le impidió participar como militar en las guerras mundiales y fue redactor jefe de la revista Europe en el periodo de entreguerras. Digamos que entra en escena un ciudadano del mundo, cosmopolita y culto.

No son muy conocidos sus orígenes y rara vez se habla de ello. Sin embargo, Bilbao no le ha olvidado. No en vano, el 11 de julio de 1997, el Ayuntamiento de la villa homenajeaba en el centenario de su nacimiento al hispanista Jean Cassou. Escritor y crítico de arte nacido en Deusto en 1897 y fallecido en París en 1986, Cassou fue una descollante figura de las letras, contando con el Gran Premio de las Letras Francesas y habiendo sido el primer director del Museo de Arte Moderno George Pompidou. Como ven, su peso e influencia en la cultura fue sobresaliente.

Además de por su trayectoria profesional, el homenaje de Bilbao también rememoró su trayectoria política como dirigente de la Resistencia francesa a los nazis, su denuncia al encarcelamiento del escritor Luciano Rincón (1931-1993) en 1971 y, en general, su constante defensa de la libertad. Jean Cassou fue amigo de otros escritores de su época como Miguel de Unamuno, y Ramón Gómez de la Serna.

¿Cómo se plasmaron esos parabienes de la ciudad? Con una escultura, obra de Bernat Vidal, una pieza abstracta en piedra y mármol. La obra en sí se trata de un paralelepípedo que emerge de un bloque de mármol sin desbastar. Está ubicada en Botica Vieja, muy cercana de su casa natal.

Fue la suya una vida azarosa y rica en experiencias. En 1932, Jean Cassou se convirtió en inspector de monumentos históricos. En 1934 se convirtió en miembro del Comité de Vigilancia de los intelectuales antifascistas y director desde 1936 de la revista Europa y miembro del gabinete de Jean Zay. Conservó su afinidad hacia lo vasco, particularmente durante la opresión franquista, siendo miembro de la Liga Internacional de Amigos de lo Vasco.

Relevado de su cargo en septiembre de 1940, después de solo varias semanas, como primer Conservador Jefe del Museo de Arte Moderno por el régimen de Vichy, se unió a la Resistencia ese mismo mes, escribiendo sus primeros folletos. Fue uno de los fundadores del grupo clandestino Groupe du musée de l’Homme, detenido por la Gestapo y condenado a un año en una prisión de Vichy, donde compuso poemas mentalmente, sin posibilidad de escribir nada: sus Treinta y tres sonetos compuestos en secreto fueron publicados en 1944 bajo el seudónimo de Jean Noir. Herido casi de muerte por una patrulla alemana en Toulouse el dÍa de la liberación de la ciudad, el general Charles de Gaulle se acercó a su cama para presentarle la Croix de la Libération . Tras el impás bélico, seguiría ligado a la cultura hasta su muerte. l