UE la suya una vida que se movió en el vaivén, entre la prensa que por aquellos años de principios del siglo XX tenía un prestigio de muchos quilates y el fútbol, que iba cogiendo un peso considerable en aquella sociedad bilbaina. No se diría que ese era el destino de José María Mateos si se juzga que se quedó huérfano muy joven, apenas con cinco años. Primero murió su padre de una afección al corazón con 54 años y al de dos años en 1895 su madre de una neumonía, por lo que fueron sus tres tías, hermanas de la madre (Dámasa,Vicenta y Estéfana), las que llevaron su educación, muy marcada por los valores éticos, morales y religiosos, que le acompañarían toda su vida hasta los momentos finales de su existencia.

Ellas mismas matricularon al pequeño José Mari en los Escolapios, dionde según confesó, tiempo después, disfrutó "de una vida plena y feliz", compelta por una curiosidad que marcaría el resto de su vida: tenían un campo propio para jugar al futbol en la Campa de los Ingleses, junto al almacén de maderas.

Hijo de un médico militar andaluz, destinado en Bilbao y que casó en segundas nupcias con una bilbaina, siempre se le ha considerado, y él mismo también, como un bilbaino de pura cepa. Se licenció en Derecho, pero nunca ejerció la abogacía. Su vocación, desde primera hora, le llevó hacia el periodismo.

Su primera firma la estampó en las columnas de El Porvenir Vasco en 1908. Pasó dos años después a La Gaceta del Norte y en este diario permaneció hasta su jubilación, aun cuando ya muy mermado en sus facultades físicas, pues había sufrido la amputación de una pierna y posteriormente se quedó prácticamente ciego. Creador de la sección deportiva de este rotativo bilbaino, fue uno de los periodistas más influyentes de la villa. También de los de mayor entidad y criterio, hast el punto de que fue nombrado presidente de la Asociación de la Prensa de Bilbao.

El Athletic y José María Mateos formaban un binomio inseparable. En paralelo a esta identificación, nuestro hombre se afanaba por estudiar y desarrollar estrategias, normas y reglamentos, adquiriendo un conocimiento único que en 1922 le llevó a convertirse en seleccionador nacional, formando trío con Manuel Castro Handicap y Salvador Díaz. El entonces presidente del Athletic, Ricardo Irezabal usó de su influencia en el Comité Nacional de Fútbol para lograr tal nombramiento. El debut no pudo ser mejor: victoria ante Francia, en el estadio bordelés de Bouscat (0-4), con dos goles de Travieso y otros tantos de Alcántara. Desde 1929 a 1933, Mateos trabajó en solitario. El resumen de su gestión aporta estos datos: 16 victorias, 3 empates y 4 derrotas.

Fue aquel el primer partido de fútbol que se retransmitió por radio en España. Un 15 de mayo de 1929, un España- Inglaterra. Los británicos había disputado 22 partidos contra selecciones de la Europa continental, con un balance demoledor: veintiuna victorias y un empate, con 120 goles a favor y 28 en contra. La selección de Mateos ganó 4-3. "Jamás pensé que llegaría el día en el que 11 futbolistas españoles superarían a 11 futbolistas ingleses", publicaría el Daily Express al día siguiente.

Más allá de su pasión, el fútbol, en 1917 al constituirse la Federación Atlética vizcaina, José María Mateos fue elegido presidente de la misma, en representación del Club Deportivo de Bilbao. Su vocación social se expandió en cargos como el de vocal de la Sala Cuna y del Asilo de Huérfanos de Bilbao (1922) o secretario de la Junta Provincial Antituberculosa de Vizcaya y sería también concejal del Ayuntamiento de Bilbao.

Igualmente fue director de la Hoja del Lunes desde su primer número.? Falleció en Bilbao el 22 de diciembre de 1963.

Fue un seguidor infinito del Athletic hasta el punto de ser pionero a la hora de publicar un libro con su historia en 1922

Su vida se movió en tres ejes: el periodismo, el fútbol en toda su extensión y una vocación social trepidante