La Itzulia es la de siempre porque su espíritu, el de clásicas con personalidad propia que componen el puzzle de vuelta, permanece intacto. Pervive inalterable el carácter y mantiene juguetón y tramposo el recorrido. Sin embargo, la cita que surge hoy en Gasteiz y que finaliza el sábado en Eibar, no es la costumbrista. Posee un cierto aire novedoso. Es una Itzulia matizada. La amputación de la crono, una modalidad que solía ordenar la carrera o definirla, y el recorte del remate en Arrate para dar más presencia al callejero de Eibar, componen una Itzulia con otro sesgo. La mirada experta de Ion Izagirre, campeón en 2019, segundo en la pasada edición, flamante vencedor del Gran Premio Miguel Indurain, observa el perfil de la carrera. Estima el de Ormaiztegi que a la Itzulia le falta una crono y Arrate, uno de los templos del ciclismo vasco y piedra angular de la Itzulia, que servía para rematar la carrera vasca.

Si el Tour es el Tour. La Itzulia es la Itzulia. Una ráfaga de clásicas. “Salvo la etapa de Labastida, la primera, que es la más sencilla sobre el papel, todas tienen algo. En la llegada a Leitza hay que estar muy atento porque el camino a meta no es sencillo. Luego está el rampón de Villabona y dos etapas ratoneras como las de Santurtzi y Amorebieta. Si a eso le sumas la última etapa, es una carrera que invita a hacer movimientos. El hecho de que no haya una llegada en alto pura, salvo el repecho de Villabona, abre más la carrera”, radiografió Izagirre en una entrevista con este diario antes de emprender la gran aventura del ciclismo vasco.

No conviene perder la atención en ningún palmo del trazado de la Itzulia, que tuvo que ser modificado en la jornada con final en Villabona y la que da a parar a Amorebieta para garantizar la seguridad de los ciclistas. El reajuste no altera en esencia la fisonomía de la carrera, un ecosistema ideal para las sorpresas. Cada día de la carrera es un tratado para la supervivencia y conviene atravesar cada jornada para poder jugársela en el tablero de Eibar a través del campo de minas de la espasmódica y nerviosa última etapa. “En la Itzulia, con este tipo de recorrido, con carreteras estrechas, y más en caso de lluvia, hay que estar siempre atento porque la carrera se te puede ir en cualquier momento. Además, la última etapa, que es corta, dura y explosiva da para movimientos tácticos. Lo importante es llegar con opciones a la etapa de Eibar”. Eso fijará los parámetros para entender la carrera.

A la Plaza Unzaga de Eibar, donde se rendirán honores al ganador, mira con ojos de deseo Jonas Vingegaard, principal favorito para la corona vasca. El campeón del Tour, derrotado con dureza en la París-Niza por Pogacar y también superado por Gaudu, tiene en la Itzulia su último test en pruebas de una semana antes de ir enfocando la aproximación al Tour que sale desde Euskadi. Para el danés, la Itzulia es una cuestión de honor. Dos elementos juegan, empero, en su contra: la falta de una crono (es un gran especialista) y un puerto duro, no un repecho imposible como el de Villabona, a modo de final de etapa. Así al menos lo entiende Izagirre, que lo padeció en O Gran Camiño, donde el danés impuso su libro de estilo sin apenas resistencia debido a su superioridad. El recorrido de la carrera gallega difiere bastante del de la cita vasca.

Una carrera abierta

“Vingegaard es un gran corredor, pero probablemente este no sea el mejor recorrido para un ciclista como él, que puede romperte en una subida dura, en un puerto”, expuso el guipuzcoano. Tal vez rebajada la incidencia de Vingegaard por la naturaleza del trazado, también brotan otras alternativas a la victoria final. El grupo de opositores no es menor. Daniel Martínez, vencedor de la pasada edición, defiende el título. Junto al colombiano, brilla Izagirre, segundo en 2022 y campeón de la carrera en 2019, además de firmar tres podios en 2015, 2017 y 2018. Además del de Ormaiztegi también empujan hacia el podio Mikel Landa, que ha tenido un gran comienzo de curso, al igual que Pello Bilbao, otro candidato a la victoria. Enric Mas y los hermanos Yates entran en el grupo de jerarcas y se espera a David Gaudu. El escalador francés, cuarto en la pasada edición del Tour, sometió a Vingegaard en la París-Niza. Todos ellos pujarán por el cetro de la Itzulia.

Además de Vingegaard hay otros rivales que no hay que olvidar. No sólo está él. El Bahrain cuenta con Landa y Pello, está el UAE, el Bora, el Ineos con Daniel Martínez, que ganó el año pasado, y también estará Gaudu, segundo en la París-Niza. Hay muchos equipos que traen a grandes corredores para dar guerra y yo me incluyo ahí. Viendo el recorrido, creo que todo va a estar muy igualado y que va a ser cosa de pocos segundos. Esperemos estar ahí. La Itzulia se decidirá el último día”, desgranó el de Ormaiztegi sobre una carrera, la Itzulia, que es la de siempre, pero distinta. Con asterisco.