Atemorizado el Movistar por la posibilidad de descender de categoría y perder los derechos que concede el WorldTour, desde el equipo han desplegado a sus hombres con la idea de alejar esa posibilidad reclutando puntos para la causa. En esa misión está inmerso Alex Aranburu, que compite en el Tour de Limousin, carrera francesa que comenzó ayer martes. El de Ezkio firmó una gran etapa y fue capaz de hacerse con la tercera plaza tras Julien Simon, que sorprendió con un ataque en la proximidad de meta, y Matteo Trentin. Aranburu se tuvo que rehacer después de sufrir magulladuras en una caída en la que se vio envuelto. A pesar del contratiempo, el guipuzcoano fue capaz de meterse en el esprint y pelear por hacerse con el mayor ramillete de puntos posibles para aliviar la situación de su equipo, que pelea con el Lotto y el Israel por la categoría. De momento, el Movistar está a salvo, pero no está seguro. La amenaza del descenso es seria.
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