RECUERDA Josu Larrazabal, director del Trek, que en invierno, cuando los ciclistas rinden cuentas sobre lo que se han cuidado en las vacaciones, cuando se testan sus datos después de semanas entre barbecho, Haimar Zubeldia (1 de abril de 1977) marca junto a Fabian Cancellara los mejores registros del equipo. “En las pruebas que hacemos a los 27 corredores del equipo, las mejores puntuaciones las lograron Haimar y Cancellara. Eso quiere decir mucho. No hablamos de un simple corredor. Haimar es un atleta. Un ciclista que se cuida los 365 días del año”. Obtener esos datos no es sencillo. No existe la casualidad en el deporte de élite. Menos a los 38 años. “Eso no se consigue porque uno tenga una buena genética. A eso se llega porque entrena mucho, a conciencia, se cuida al máximo con la alimentación y el descanso. Es el fruto de un método de trabajo muy concienzudo”, define Josu Larrazabal sobre la figura de Haimar Zubeldia, que ayer se quedó a un par de kilómetros de alzar los brazos en Sotres, la cima que coronó Purito. “Con los dos últimos kilómetros durísimos, era propicia para Purito”, apuntó el guipuzcoano.

El de Usurbil peleó con ahínco por hacerse con la etapa incrustándose en la fuga de la jornada. Kadri (AG2R), Vilela (Caja Rural), Rollin (Cofidis), Ramírez (Colombia), Maes (Etixx), Berhane (Qhubeka), Rolland (Europcar) y Tjallingii (Lotto-Jumbo) caminaron junto a él hasta que en el alto Sotres se produjo la limpia. Filtro. Selección natural. Haimar, que en el Tour arrastró problemas “por una bacteria”, activó su disciplina y aferrado a un ritmo que le convenía fue dejando atrás, uno a uno, a los que fueron sus acompañantes hasta ese momento.

Sin permiso No cejó Haimar en su empeño a pesar de la dificultad de la empresa. El veterano guipuzcoano fue cabeza de carrera hasta que la carrera se alteró a escasos kilómetros de la cumbre. Punto de no retorno. “La escapada no tenía el permiso del pelotón y es normal porque no va a tenerlo todos los días”, expuso con naturalidad Haimar, consciente de que la lucha en la general hacía inviable la aventura. La aceleración del grupo de favoritos por parte dle Movistar y del Astana pudo con el esfuerzo del usurbildarra, que mejora su rendimiento a medida que crece la carrera. “Sabía que era difícil, hemos llegado al puerto con algo de ventaja y tenía que intentarlo aunque teníamos pocas opciones. He seguido a mi ritmo, pero sabía que era difícil ganar”, explicó una vez extinguida la ascensión. A pesar de que en Sotres se quedó corto, Haimar Zubeldia, esperanzado por su rendimiento en los último días, se mostró dispuesto a guerrear para hacerse con una etapa en lo que resta de Vuelta. Reconoció el ciclista del Trek que está recuperando sensaciones después de los contratiempos de la Grande Boucle y que si tiene piernas lo seguirá intentando. “Es bonito verte ahí delante”, describió Haimar Zubeldia. Eterno.