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Contador reconoce que "Froome se ha ido cuando ha querido"

Nibali lamenta que “no doy más de mí”

Contador reconoce que "Froome se ha ido cuando ha querido"EFE

Bilbao - Primero fue Vincenzo Nibali el que perdió contacto, cuando aún quedaba un mundo por ascender antes de cruzar la línea de meta; el siguiente fue Alberto Contador, sin ritmo, incómodo; la sangría continuó con Tejay Van Garderen y, finalmente, fue Nairo Quintana el que tuvo que mostrar bandera. Chris Froome y sus compinches del Sky montaron una escabechina brutal en la ascensión final a Le Pierre Saint Martin. El primer contacto con la alta montaña provocó que el Fab Four, convertido en Fab Five por los que incluían al estadounidense del BMC en el grupo de fabulosos aspirantes a la gloria final, quedara convertido en The Only One. Porque nadie pudo ayer seguir el ritmo de Froome, convertido en solista.

“No respiraba”, lamentó Contador nada más cruzar la meta. “Aún me cuesta hacerlo”, relataba sombrío. “Y cuando no respiras, no limpias el ácido de las piernas. Creo que incluso tenía que haber perdido más tiempo, hay días que no son buenos para uno”, ampliaba. El de Pinto, que perdió casi tres minutos respecto a Froome -“subió lanzado, ha estado tres puntos por encima del resto y se ha ido cuando ha querido”, relató sobré el británico- reconoció no haberse sentido bien en ningún momento de la ascensión: “Iba mejor sentado en el sillín que de pie, que es lo contrario a mi forma de correr. Ha sido un día complicado, algo que ya sabía que podía ocurrir. He perdido demasiado tiempo, simplemente no encontré buenas piernas”. De todas formas, el corredor del Tinkoff-Saxo lanzó un aviso al recordar que “Froome ha clarificado la general, pero el Tour es aún muy largo..., aunque no me encuentro demasiado bien, me encuentro con fatiga. Pero he estado muchas veces en una posición similar a la suya y no daría por hecho que está terminado”.

Por su parte, Nibali, vencedor del Tour de 2014, sintetizó los casi cuatro minutos y medio que perdió en meta con una sentencia concisa: “No doy más de mí”. El italiano reconoció que “no soy el mismo Nibali que hace un año” y lamentó que “lo he pasado mal porque no conseguía mantener el ritmo y respiraba con dificultad. Sentí que me quedaba sin fuerzas y me costaba hasta seguir a mis compañeros. A cuatro kilómetros de meta me propuse subir a mi ritmo, como podía”.

El sueño no acaba Más optimista era Van Garderen, segundo en la general aunque a casi tres minutos de Froome. “No ha sido mi mejor día, pero tampoco fue del todo malo. Sigo manteniendo una buena posición en la general. Creo que el primer día de montaña es siempre complicado y que a partir de ahora tengo que ir a mejor”, resumió. Tampoco Quintana quiso hablar de rendición pese a la manifiesta superioridad de Froome ayer: “Tengo que aceptar que está muy fuerte, hay que esperar si en el futuro tiene alguna debilidad para poder aprovecharla. Sigo soñando, el sueño amarillo no se me acaba, estaré luchando para conseguirlo hasta el último día”.