bilbao - Sobre el podio de Castiglioni della Pescaia, soleado el día, caluroso, la figura de Alberto Contador es lúgubre, le falta luz a su rostro afilado, serio, preocupado. Posee Contador el aura apagada, atormentada en el acto de imposición de la maglia rosa. No hay nada que festejar. A Contador le cuelga el brazo izquierdo, inanimado, caído. Sostiene con el derecho el ramo de flores, pero no soporta que le coloquen la maglia rosa, lastimado el hombro izquierdo, dislocado en una caída provocada por un aficionado que retiró del Giro al italiano Danielle Colli, el brazo izquierdo fracturado después de irse al suelo. “Haré todo lo posible para seguir en carrera. He trabajado mucho todo el invierno para ello. A ver mañana (por hoy) si puedo o no. Haremos un vendaje para tener el hombro protegido, pero no será fácil. Ya veremos”, dijo después de que se le pusiera el brazo izquierdo en cabestrillo.

Era Contador incapaz de realizar un gesto tan cotidiano y sencillo como el de ponerse una camiseta, el reflejo en el espejo de El hombre de la mano en el pecho, ese retrato oscuro de El Greco, una pintura que durante años se pensó que representaba a Miguel de Cervantes. Después se supo que aquel hombre tan serio, inquietante, no era el escritor. Cervantes fue el creador de El Quijote, el hidalgo Alonso Quijano, también conocido como El caballero de la triste figura. Así era el perfil de Contador. Se dislocó Contador el hombro izquierdo en la caída y su Giro está en suspenso, en vilo. Dormirá con el brazo inmovilizado después de que el examen médico al que fue sometido descartara una rotura en el hombro. Contador decidirá si continúa en carrera, en una etapa de 264 kilómetros, para la que está previsto que se le coloque un vendaje especial en caso de que se suba a la bicicleta.

A Contador el hombro se le dislocó en dos ocasiones. Una en la caída y otra cuando acudía la podio. “Pensé que me había fracturado la clavícula, cosa que no me había sucedido antes, pero se trata de una dislocación. Cuando me levanté tenía el hombre dislocado y el instinto hizo que se me colocara. Luego, cuando estábamos detrás del podio, me he ido a quitar el maillot y se me ha vuelto a salir el hombro”, apuntó. El estado anímico del madrileño giró de mala manera ayer en una fea caída. La sonrisa del Abetone tornó en una mueca de dolor y de inquietud un día después. Su armadura se abolló. “Es una caída dura. Tendremos que volver a evaluar su condición a la mañana. Es imposible decir con certeza si puede continuar”, subrayaba Stefano Feltrin, el manager del Tinkoff-Saxo, tras conocer el alcance de la lesión, certificada en el hotel del equipo al que acudió el equipo médico de la carrera italiana. Jacinto Vidarte, su jefe de prensa, explicó que “Alberto tiene un golpe fuerte en la rodilla y en el hombro”. Ni los aplausos entusiastas al lado del mar, ni el olor relajante y vacacional del salitre, ni la visión de los castillos que amurallan Castiglioni della Pescaia, lograron relajarle, incómodo, tirante, con dos bolsas de hielo cuidándole las rodillas, también golpeadas en la caída en la volata que venció Greipel, una armadura de culturista la suya.

un aficionado provoca la caída La de Contador, piel morena, tostada, es huesuda, ligera, la clase de armadura de quienes pretenden el laurel. Sin el colchón de los grandes músculos, un kevlar, como el de Greipel, el madrileño padeció los rigores de un accidente provocado en el lado opuesto de la calzada por el que volaba el pelotón en la recta de meta. La caída produjo el temido efecto de arrastre. Avalancha. Danielle Colli se enganchó en su trayectoria con el brazo de un espectador que sacaba una foto y se estampó contra el asfalto. A partir de ahí, quiebros, frenazos y ciclistas al suelo por el efecto dominó. Entre ellos el líder, que pedaleaba sereno en la otra orilla. No puedo fintar el descabalgue y cayó. Puesto en pie, en un acto reflejo, no tardó Contador en atravesar la meta tratando de airear el brazo izquierdo, agitándolo. El brazo, sin embargo, estaba destensado desde el hombro. Antes, Greipel celebró el triunfo. El festejo del alemán era el lamento del italiano Danielle Colli (Nippo-Vini Fantini), clavado de dolor en la carretera. Retorcido el codo izquierdo, Colli no podía ponerse en pie. No tenía como apoyarse y hacer palanca. Los médicos del Giro le atendieron sobre el asfalto antes de trasladarle al hospital.

Actuaban los doctores y los sanitarios para reponer el mal fario de Colli, que se queda sin carrera, mientras Contador aguardaba la ceremonia de podio del Giro, una estancia triste, ni una gramo de felicidad a pesar de las voces del speaker y de la música a todo trapo. Aunque el madrileño había atravesado la meta, la gravedad se le instaló en el cuerpo a medida que la megafonía del Giro anunciaba su nombre. Contador era ajeno al bullicio, introspectivo, desconectado, maldiciendo su mala suerte, más si cabe cuando su equipo, otra vez estupendo, le protegió de cualquier incidente durante la etapa como hizo en días anteriores. Tinkoff gobernó el pelotón no tanto para desteñir la escapada de Bandiera (Androni), Malaguti y Grosu (Nippo), Marangoni (Cannondale) y Rutkiewicz (CCC) como para cuidar de Contador, ahora con el hombro en cabestrillo y el Giro en el aire. Dislocado.

1. André Greipel (Lotto)4h19:42

2. Matteo Pelucchi (IAM)m.t.

3. Sacha Modolo (Lampre) m.t.

4. Manuel Belletti (Southeast) m.t.

5. Giacomo Nizzolo (Trek)m.t.

6. Alessandro Petacchi (Southeast)m.t.

7. Elia Viviani (Sky) m.t.

8 Luka Mezgec (Giant) m.t.

9. Nicola Ruffoni (Bardiani)m.t.

10. Davide Appollonio (Androni)m.t.

1. Alberto Contador (Tinkoff) 20h25:36

2. Fabio Aru (Astana)a 2’’

3. Richie Porte (Sky)a 20’’

4. Roman Kreuziger (Tinkoff)a 22’’

5. Dario Cataldo (Astana)a 28’’

8. Mikel Landa (Astana) a 1:01

27. Jon Izagirre (Movistar)a 4:49

29. Mikel Nieve (Sky)a 6:01

34. Igor Antón (Movistar)a 14:52

47. Beñat Intxausti (Movistar)a 22:28