Campos Elíseos (París) - Para saber lo que se siente un ciclista en los Campos Elíseos se le puede preguntar a Zubeldia -por 12ª vez ayer en París- o, mejor aún, a las chicas del Bizkaia-Durango, que se plantan sobre la plaza de La Concordia por la mañana y no hace falta preguntarles porque se les ve. Están histéricas. “Todas, sin excepción, más nerviosas de lo habitual”, dice Agurtzane Elorriaga, directora del equipo. Lo fuerza la circunstancia, la primera carrera femenina que organiza ASO, el Tour, en los Campos Elíseos. Así que Leire Olaberria, que lo ha visto casi todo en el ciclismo, está como un flan. “Con los pelos de punta desde que he llegado”. Ya por la mañana, desayunando cerca del aeropuerto de Orly, estaban así. Y fue peor cuando se pararon a tomar un café cerquita ya de los Campos Elíseos, se les fue el tiempo, cortaron las calles y luego sudaron para convencer a un gendarme de que eran corredoras y que su sitio estaba al otro lado de la valla, donde siempre soñaron.
Y qué carita se le quedó a la pobre Leire, que pensaba que tenía alguna oportunidad de luchar por un buen puesto, cuando nada más salir la cadena le traicionó, tuvo que bajarse y ya le fue imposible volver al pelotón. Vio la carrera desde la furgoneta del equipo, abatida. Y aún así, Elorriaga, que entiende su pena, habla de lo emocionante que es todo. De cómo le viene a la cabeza la última vez que estuvo ahí, con Somarriba celebrando el tercer Tour ante el Arco del Triunfo, pero que aquello tampoco era esto, que nunca las chicas habían rodado por los Campos Elíseos, lo que, además de emocionante, es importante. “Es la carrera más importante del año”. “Salvo el Mundial, la única prueba femenina que dan por la televisión en directo, y, además, está organizada por ASO”, dice Elorriaga, que no deja de consolar a Leire mientras Marianne Vos gana el sprint. - Efe