bilbao. No es fácil cumplir con los pronósticos, menos aún en un deporte como el ciclismo en el que diversos factores entran en juego. La presión es una de esas causas y, quizá, para notar esta en menor medida Joaquím Rodríguez se dejó ver por primera vez en la carrera el lunes, en uno de los repechos situados a pocos kilómetros de meta. El corredor catalán demostró tener piernas. No tardó en abrir hueco con el pelotón. "Aquí estoy yo" dijo. Le echaron mano de inmediato, pero cumplió su objetivo. Se quitó la presión de encima, comprobó que sus piernas respondían. El trabajo del lunes lo remató ayer Joaquím, San Purito de Asís. Lo hizo en Assisi, en el pueblo en el que nació San Francisco de Asís. Un golpe final a 200 metros de meta resultó letal. Dejó atrás al grupo de favoritos y cruzó la línea de meta en solitario. Seis segundos le separaron de Ryder Hesjedal, líder hasta ayer, a quien cogió el relevo al frente del Giro de Italia. Las bonificaciones le vistieron de rosa; sus cualidades -es el mejor ciclista en llegadas explosivas-, le llevaron a hacer historia introduciéndole en ese pequeño grupo de privilegiados que han conseguido ganar una etapa en las tres grandes vueltas.

Se dice que quien avisa no es traidor. No lo fue Purito. Habló claro el lunes: "Mañana -por hoy- buscaré la etapa y la maglia". Lo consiguió el catalán, en parte gracias a la labor de sus compañeros de equipo, pero también a la de su director, el italiano Mario Chiesa. Este le avisó de que la clave estaría en lo últimos 200 metros. Siempre en cabeza, bien posicionado, Purito aguantó en la primera subida, la de San Damiano.

La estocada final llegó tras el breve descenso, en el kilómetro final. El catalán, imparable en rampas explosivas como las de Assisi, supo leer la carrera a la perfección. No perdió los nervios y atacó en el momento oportuno. Dejó atrás a Visconti y a Huzarski y cruzó la línea de meta en solitario. Por detrás suyo, el resto de favoritos. También Beñat Intxausti y Mikel Nieve, que finalizaron en el grupo de los mejores, a solo seis segundos de Purito, que cogió el relevo de Hesjedal al frente del Giro.

tercera escapada de mínguez La carrera italiana, que no está acompañando en lo que a resultados se refiere a Euskaltel-Euskadi, sí está demostrando que los hombres dirigidos por Álvaro González de Galdeano quieren dejarse ver en el Giro. El caso más llamativo es el del bilbaino Miguel Mínguez, que ha conseguido colarse en tres escapadas en las 10 etapas. En la jornada de ayer, el de Rekalde fue cazado a 8 kilómetros de meta. La mala suerte también se cebó con la escuadra naranja, que vio cómo Cazaux y Velasco sufrían sendas caídas.