bilbao. En los momentos difíciles, los crudos, siempre aflora la nostalgia, lo del tiempo pasado del que sólo queda lo mejor. En la Klasika Primavera de Amorebieta, que cumple 56 años el domingo 11 de abril, un día después de que concluya en Orio la Vuelta al País Vasco, como es habitual, el ejercicio retroactivo sería colosal, por emotivo y grandioso en el aspecto deportivo. Pero huye de esa tentación la prueba zornotzarra, un monumento del ciclismo vasco, que reconoce su trayectoria, se vanagloria de ella, pero se amarra al presente sin despreciarlo. "Son momentos duros, es cierto e innegable, pero nosotros seguimos apostando por el ciclismo, seguimos disfrutando de este deporte sin pensar demasiado en lo que fue y lo que será", apuntaron ayer sus responsables durante la presentación de la prueba, que ajusta su presupuesto, pero que volverá a tener un cartel notable, encabezado por los hermanos Schleck, Andy y Frank, Joaquim Rodríguez -ganador en 2007-, Beñat Intxausti, Igor Antón, Kolobnev o Ezequiel Mosquera. El trazado no varía: 171,6 kilómetros con tres pasos por Montecalvo y Autzagane.

Antes de la prueba profesional, correrán en Amorebieta las categorías inferiores. Este sábado serán los cadetes (11.00 horas) y los junior (16.00 horas) los que se disputen el Trofeo Andraka y el Trofeo Urbieta. El domingo (10.30 horas) comparecerán los aficionados en la localidad vizcaina para luchar por el prestigioso Gran Premio Primavera, prueba valedera para el Lehendakari Txapelketa.