Las banderas, más allá de su simbología oficial (o no), siempre han sido utilizadas como elemento reivindicativo. Ya sea en forma de pins, de emojis en las redes sociales, de pegatinas en los coches, de impresiones en camisetas o colgadas en casas particulares. Es muy habitual divisarlas en balcones, terrazas, ventanas y demás elementos de las fachadas con la intención de que se vean desde fuera, desde la calle o desde otros domicilios, para mostrar una identidad, un sentimiento, el apoyo a un club deportivo o la adhesión a una causa que se considera justa, como la bandera arcoíris, la de Ucrania y, muy popular en los últimos tiempos por el genocidio que está sufriendo su pueblo, la de Palestina.
Banderas que no casan
Es una forma de conocer qué es lo que se piensa en ese domicilio. Pero también es cierto que no siempre en una misma casa todos opinan de la misma forma, ya sean familia o compañeros de piso, y hay veces que no hay acuerdo en determinados asuntos. Se puede solucionar evitando colocar banderas en la fachada o de la forma contraria, poniéndolas todas, lo que crea una imagen un tanto incoherente.
Eso, llevado al extremo, es lo que han divisado en una vivienda (no se conocen datos sobre su ubicación) que se ha vuelto popular en las redes sociales al ser compartida por la cuenta de X Líos de Vecinos, que se dedica a subir todo tipo de material curioso que se genera en torno a comunidades de vecinos. “Así andamos...”, han escrito en el post, que roza las 40.000 visualizaciones en un par de días.
"¿Qué popurrí es este?"
El vídeo, grabado por una mujer desde la calle, bastante lejos del edificio, lleva como título “Ejemplo de convivencia” y un emoji de una carcajada. “Si alguien me puede explicar esto...”, se le oye a la señora al inicio de la grabación, que muestra las ventanas de lo que parece una única estancia del último piso de un bloque en el que aparecen situadas, ocupando toda la superficie de los cristales, diversas banderas, alguna de ellas preconstitucional. “A menos que sea una habitación compartida, ¿cómo es posible que tengamos la cabeza de un muñeco, encima una ikurriña, después una bandera de España con el aguilucho y el escudo de la Guardia Civil? ¿Pero qué popurrí es este?”, dice.
Para rematar el mejunje banderil, en la ventana de al lado, que todo hace indicar que pertenece al mismo piso, se intuye una bandera republicana española, con los colores rojo, amarillo y morado. “Es un piso de consenso, todos contentos”, responde una usuaria de X. "Se ha hecho un lío", afirma otro tuitero.