El vídeo de un camión lleno de cervezas circulando de manera errática por la AP-2 a la altura de la localidad de Candasnos (Huesca) se ha hecho viral en las últimas horas al terminar volcando y con las bebidas derramadas por la carretera.

Sucedió este miércoles minutos antes de las cuatro de la tarde, justo a la altura del arco que señala el lugar por el que pasa el meridiano de Greenwich, en el punto kilométrico 82. Un conductor y su copiloto se percataron de que el camión de grandes dimensiones que llevaban delante, en dirección a Zaragoza, conducía haciendo unas peligrosísimas eses que le hacían cambiar de carril y decidieron grabar el momento con su teléfono móvil. “¡Lleva diez minutos así!, madre mía, la hostia que se va a dar este camionero. Este se mata hoy”, se le oye decir al conductor.

“Míralo, madre mía, va borracho, borrachísimo. A mí casi me echa, menos mal que he llamado a la Guardia Civil”, continúa la grabación, intercalando también insultos, al acusar al transportista de estar poniendo en serio riesgo la vida del resto de conductores de la autopista, además de la suya.

En uno de esos zigzags del camión, el conductor del coche de detrás adivina que va a chocar con la mediana y así sucede, sólo unos metros después de pasar por debajo del arco que señala el meridiano de Greenwich, la línea imaginaria, perpendicular al ecuador, a partir de la cual se mide la longitud terrestre y se establece el huso horario. “Se va, se va, se va…, se estampa, se estampa, ¡se estampó, se estampó!”. Efectivamente, tras impactar con violencia con la mediana de la autopista el camión volcó y quedó cruzado en mitad de una carretera que se tiñó de blanco debido a la espuma que crearon las cervezas que llevaba en el remolque y que se derramaron en el accidente.

Pese a la espectacularidad del impacto, el siniestro se saldó por suerte sin más vehículos implicados y sin heridos, aunque provocó la movilización de bomberos, Guardia Civil, sanitarios y voluntarios de la zona. Además, obligó a cortar la AP-2 durante alrededor de dos horas para poder limpiar la calzada y apartar el vehículo, teniendo que desviar mientras tanto el tráfico por la N-II hasta que en torno a las seis de la tarde se pudo reabrir un carril de esa vía principal en dirección a Zaragoza.