Las orcas están protagonizando últimamente numerosos incidentes, como ataques a barcos, sobre todo en aguas gallegas. En este caso ni es Galicia ni llegó a ser un ataque, seguramente porque la actuación de la protagonista lo impidió. Una mujer se encontraba navegando con su pequeño barco por aguas de la Columbia Británica (Canadá) cuando de repente vio cómo un león marino se subía a la embarcación.

Al principio la mujer estaba encantada y disfrutaba con la situación, hasta que comprobó que el animal no estaba ahí por gusto, sino porque no quería ser la 'merienda' de un grupo de orcas que pasaron de acechar al león marino a hacerlo con el barco. La visión de esos enormes cetáceos (pueden llegar a pesar más de cinco toneladas) rodeando la pequeña embarcación cambió el tono de la mujer, que empezó a pedirle al león marino que abandonara el barco, aun sabiendo que supondría casi seguro su muerte en manos de las orcas.

El animal, probablemente desquiciado por el monólogo de la patrona, que lo grababa todo con su teléfono, terminó en el agua. De su destino poco se sabe, pero las orcas dejaron en paz el barco.