Era como si el sonido del violín y la viola atrajera también a las nubes. Ya tuvieron que detener la prueba de sonido del trío de música folk Lux Celtae, para acudir a refugiarse a la jaima de los técnicos, un cuarto de hora antes del concierto anunciado para las siete de la tarde de ayer en la plaza del Karmelo de Santutxu.

Todo el mundo extendía las manos con las palmas hacia arriba para poder calibrar el asunto: ¿se trataba de sirimiri? ¿calabobos? ¿pertinaz chaparrón?.

“Es una nube, nada, en cuanto el viento se la lleve se acaba el agua”, pronosticó un canoso meteorólogo amateur, con un ojo medio guiñado hacia el Norte.

Entre quienes confiaban en el vaticinio se contaban la subdirectora de Programación Cultural del ayuntamiento de Bilbao, Amaia Domingo; la responsable de Programación, Amaia Agirrezabal, o su colaborador Eugenio Puerto.

“La actividad está siendo un éxito”, explicó Domínguez. “Ponemos 150 sillas cada vez. Y calculamos que pasan unas 200 personas”, detalló Agirrezabal.

‘Un verano de cine’ programa un concierto, seguido por un cortometraje, y un largometraje después. Por eso, durante la sesión, algunas personas se van tras el concierto, y otras, que acuden por la película, se sientan. Aunque la cuestión era ayer si dejaría de llover. Y quién se sentaría en unos asientos calados. “Eso no es problema: sacamos las bayetas y lo secamos todo en un momento”, dijo Amaia Domingo.

Como a las siete y cinco cesó el agua. El equipo municipal desenfundó media docena de bayetas amarillas. Y zasca. Todo listo.

La violinista Oihane Jimeno y la violista Lorena Texeira, que se conocieron el conservatorio de Iruña, y el multi-instrumentista sevillano Aarón Pérez se vistieron para la función y subieron al escenario que se encontraba ante la pantalla gigante dispuesta para el cine.

Oihane, donostiarra residente en Zaragoza, saludó, presentó al trío, agradeciendo poder tocar en Bilbao. “También os diré de qué trata el concierto, por si tenemos que salir corriendo otra vez”, bromeó.

Y, al sonido de viola y violín, chispeó de nuevo. Aunque no se movió nadie. Mucho menos Joxan Otamendi y Ana Díaz que se habían acercado desde Errenteria para escuchar a su sobrina Oihane. Y, desde luego, cuatro gotas no les iban a arruinar el concierto. Lucía y Alejandro Pardo, con Josué Abajo, Ricardo Heras, Isabel Monje y Maribel Plaza tampoco se dejaron arredrar por el sirimiri. Estaban allí por la música, no por el cine.

Paró el sirimiri. Y Lux Celtae se arrancó con la escocesa Balada de Tam Lin, que habla de maldiciones y hadas. Martina Larraza y Olatz Campos habían acudido preparadas para el concierto. Y también para el corto Dar Dar. Y la peli Irati, filmes del bilbaino Paul Urkijo. Martina y Olatz llevaron una bolsa con empanadas argentinas y un tupper con frambuesas bañadas en chocolate.

Desafiaron a los nubarrones Aritz Martín, Mikel Garrido, Luis García, Natalie Pinzón, Ana Rodríguez, Maite Merino, Marian Mardones o Lorena Bravo.

A Sergio Arkaitzpe, vecino del barrio, le atrajo el sonido del ensayo. Y se quedó en compañía de un par de amigos.

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Lux Celtae tocaron al menos tres temas. Y apostamos a que el concierto llegó a buen puerto. Había determinación. Y que después proyectaron las pelis. Aunque quien firma estas líneas no pueda certificarlo puesto que el tiempo apremia y es preciso redactar la página.

Un verano de cine ofrece ocho sesiones en todos los distritos de Bilbao. Hoy, jueves 24 de julio, es el turno de Uribarri con el concierto de Esku-txa y la proyección de Grease en la plaza de Uzturre. El miércoles 30, en Doña Casilda, Pablo Maza Quartet y la multipremiada Robot Dreams, del bilbaino Pablo Berger.