UN paseo por la sexta planta de la Torre BAT supondría un excelente antídoto para esa caterva de cascarrabias que repiten continuamente que la juventud de hoy es una castaña. Que solo piensan en holgazanear, en el botellón y las macroraves. Acérquese quien defienda esos postulados. El derrumbe de los prejuicios será mayor que el de Saulo de Tarso cuando se cayó del jamelgo camino de Damasco y se levantó dispuesto a cambiar hasta de nombre. Tráiganme árnica y llámenme Pablo, dijo al ponerse en pie tentándose las costillas.

Pues la misma costalada se llevarán los recalcitrantes del antes-siempre-mejor al cruzar la puerta de la B Acceleration Week. Mucha gente. Muy joven. La mayoría caminando muy rápido de un lado a otro. Conversando sobre energía, transmisiones, economía circular, algoritmos, componentes de todo tipo de artilugios o acerca de cualquier cosa que está o estará en boga. Incluso acerca de aquello que ni soñamos que pueda realizarse. Hay quien camina con pinganillo, quien con tablet en la mano y quien con auriculares. Huele a futuro que se está cocinando. Ahora mismo. Está al fuego. Ahí, en la sexta planta de BAT, sobre la coronilla de Don Diego.

Un centenar de startups, tanto locales como internacionales, presentan sus soluciones tecnológicas ante corporaciones empresariales líderes, fondos de inversión y agentes del ecosistema global. Y grandes corporaciones exponen sus problemas o necesidades, para lanzar ese reto a las startups. Ayer había 50 stands. Hoy, otros tantos, pero distintos. El encuentro se estructura en torno a tres grandes retos de innovación abierta: energía limpia, industria sostenible e inteligencia artificial-ciberseguridad aplicada al ámbito empresarial. Las startup finalistas tendrán la oportunidad de mostrar sus propuestas ante más de 50 corporaciones tractoras.

Por si eso fuera poco, un jurado seleccionará durante el evento a la startup que competirá representando a España y Portugal en la final mundial de la Startup World Cup, organizada por Pegasus Tech Ventures en el edén californiano de las empresas emergentes: Silicon Valley.

Inauguró la semana de la aceleración tecnológica la diputada Foral de Promoción Económica, Ainara Basurko. Estuvieron el director de BAT, Eriz Sainz; Igor Basterretxea, del Gobierno vasco; Sara Artetxe, del ayuntamiento de Bilbao; Fernando Zubillaga, gerente del Clúster de Movilidad y Logística de Euskadi; Nagore Ardanza y Ane Camacho, de Bilbao Port Lab; Jone Coria, de Revenant; Ainhoa Isla, de Auziker; Nuria Carrillo, de Way4Steam; o Carmen Moreno, de Repsol.

Acudieron Fito Isla de Espinosa, Laura Monroy, Oier Urrutia, Rick Mickhom, Ainara Antxotegi, José Ramón Casto, José Manuel Laguna, Vicente Echeandía, el bogotano Julián Santamaría, Juan Vicente Cárdenas, Maikel Couto, Alex Sánchez, Iratxe Zuluaga y Oier Urrutia.

Participaron en una interesante mesa redonda Juanjo Gómez, Joseba Egia, Susana Pérez, Luis Fernández y Asier García.

Se encontraban en B Acceleration Week la presencia de Abena Blidoo, Wilfred Tadinga, Jhonni Esim, Zal Abdalla, Cristofer Tougri, Abdala Dissa y Marian Firdau Ouediaogo, de Ghana y Burkina Faso, a quienes la organización Irdas facilitó su presencia en Bilbao.

Y lo mismo cabe decir del animoso grupo chileno integrado por Alexander Osterholm, Oscar Orellana, Claudia Andrea, Sebastián Pillado, Valentina Varela y Felipe Zepers.

La edición anterior del congreso reunió a más de 500 asistentes y facilitó la creación de una treintena de proyectos colaborativos entre startups y grandes empresas. Este 2025 se mantiene la clara proyección internacional con la participación de startups procedentes de más de 20 países, lo que es indicador de que Bizkaia es un territorio abierto al talento y a la innovación. l