Han pasado ya diez años desde que Bilbao fuese nombrada Ciudad del Diseño en la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO, una corona de laurel para las urbes que crecen con el abono del ingenio, un fertilizante de grandes capacidades. Fue entonces cuando la vieja ciudad de humos se sumergió en las aguas de la modernidad y le dio al diseño, más allá del industrial, un campo de juego bien abierto. Ahora les cuento cómo ha ido ese buceo desde la atalaya de la Bilbao Bizkaia Design Week que coordina Elisa de los Reyes pero permítanme que entremezcle esta historia con la noticia de que el escritor alemán Dirk Segbers acaba de presentar, puerta con puerta (la semana del diseño se puso en marcha en el edificio Ensanche y el libro vio la luz en el Ein Prosit...), la obra Nuestro Athletic por el mundo. Fue, ya les digo, un dos por uno llamativo.

Vayamos por orden cronológico. Todo sucedió en los alrededores de la plaza del Ensanche, hoy abierta en canal para la creación de un nuevo espacio. Las obras durarán al menos dos años pero la vida no se deteniene en sus alrededores. Entremos en el edificio Ensanche, donde se dieron la mano el ayuntamiento de Bilbao y la diputación foral. Allí, bajo el título Kaixo! se celebró la apertura de la BBDW24 Tres ponentes internacionales reflexionaron sobre la idea de plantear el diseño como herramienta transversal para promover la vida: Gabriela Rendón, arquitecta y planificadora urbana radicada en Nueva York, reconocida por sus enfoques disruptivos, hablará sobre imaginarios y prácticas desafiantes para la transformación en el ámbito urbano; Pau Aleikum, fundador de Domestic Streamers, agencia creativa especialista en transformar datos en emociones, ofreció una charla interactiva sobre la transformación eco-social desde una perspectiva experimental; y Martí Guixé, pionero del Food Design Fiction, planteó cómo la comida tiene la capacidad de convertirse en un agente de cambio y transformación. Sus aportaciones fueron originales, como si abriesen las puerta a un nuevo mundo. En este espacio estuvieron Maider López, promotora de la iniciativa llamada Balcones, una acción urbana en la que se propone trasladar plantas de 4 balcones seleccionados del centro de Bilbao al Edificio Ensanche, recreando la configuración original de estos espacios; la directora de Beaz, Olatz Goitia; el director de Bilbao Ekintza, Javier Garcinuño, el concejal Jon Bilbao, Nerea Barandiaran, Marina Goñi, Benicio Aguerrea, Javier Arakistain, Jon Bengoetxea, Nerea Santamaría, Idoia Muñoz, Maite Goikoetxea y un sinfín de gente interesada en esas excavaciones de la imaginación en las que buscan un diseño para la vida.

Casi al tiempo, en la acera de enfrente el Ein Prosit, la casa germana de Enrique, Alfredo y Carmen Thate abrio sus puertas para la presentación de Nuestro Athletic por el mundo, un libro editado por El gallo de oro, sello de Beñat Arginzoniz, escrito, como les dije, por Dirk Segbers. A la cita no faltaron el cónsul alemán en Bilbao, Michael Voos, Andoni Goikoetxea, Manu Lezama, hijo del célebre guardameta, Raimundo Pérez Lezama; Patxi Bolaños, Jon García, Marino Montero, (recordaba a Pablo González Langarika, un poeta al que ayer se recordó en la biblioteca de Bidebarrieta...) Iñigo Escobal, Iñigo Markinez, Javier Mendizabal, Edorta Etxebarria; Miren Azkarate y Maite Zugaza, que se dieron de bruces con la presentación, al igual que Karmele Martín y Aitor Zarate, Matxaen Ortega, Jon Zalbidea y un buen puñado de hombres y mujeres que disfrutaron con los paseos del Athletic por el mundo entero, recordados por Dirk.

Fueron, como ven, dos historias morrocotudas en las que se ponderaron territorios para la vida y un libro singular. Dos historias con mucho peso.