ES una tierra sin calma, un pueblo en tensión continua, como si la electricidad le corriese por las venas. Hablamos, en su magnitud, de América Latina, un pueblo donde apenas se permite un respiro. Sobre ese trepidante versó ayer lo hablado en el espacio Bidebarrieta Kulturgunea del Ayuntamiento de Bilbao, que reanudó la agenda con los Encuentros con la actualidad, producto conducido por Dani Álvarez y Mikel Reparaz. Fue una charla trepidante, casi voraz. La cita, titulada El rumbo de América Latina: de El Salvador a Ecuador, contó con la participación de Francisco Valencia, director del salvadoreño Diario Co Latino. También ha formado parte en los equipos de trabajo del Diario Latino, la Cadena Sonora de la Radio o ACAN-EFE, entre otros. Además, ha sido galardonado con los premios Premio Brasil de Periodismo por la Embajada de Brasil en El Salvador (2000) y con el Premio a La Libertad de Expresión por Pen American Center, Nueva York (1991). Como ven, hablamos de un hombre con mucho camino hecho, con mucho contado.
No se esconde, ya les digo. No por nada, Francisco apareció con una gran insignia de la bandera palestina prendida al pecho y sin pelos en la lengua. Fue Mikel quien le lanzó la primera pregunta, que sonaba a pura cortesía. “Da la sensación”, dijo, “de que El Salvador es hoy un país más pacificado gracias al presidente Bukele”. Aguardaban expectantes las casi cien personas que acudieron a la cita. Y ahí comenzó Francisco su discurso. “Es cierto que las pandillas (hacía referencia a las maras...) han dejado de aparecer y, con ellas, ha bajado el narcotráfico. Peor es una situación compleja. ¿Cómo se ha ganado esa tranquilidad?”, se preguntaba. “Porque hay más de 65.000 personas en la cárcel, y un buen puñado de ellos inocentes”. Francisco explicó que la ley del Estado de Excepción lleva activa casi dos años cuando solo se puede aplicar durante tres meses. ”Más tranquilidad, sí. Pero a cambio de más represión y de mermas de la libertad de expresión en una situación del todo ilegal”. Fue, ya ven, toda una declaración de intenciones.
Con amplitud de miras, la charla entre las tres voces abordó cuestiones como el contexto social y político de Ecuador, un país que se encuentra sumergido en una guerra entre el Gobierno y grupos criminales; la elección de Javier Milei y las políticas de Lula en Brasil, entre otros temas. Las personas presentes seguían las reflexiones con gran interés.
Entre ellos se encontraban Javier Martínez Alonso, Patxi Orcajo, Joseba Cuadrado, Marta Porto, Matxalen Ortega, quien había visitado El Salvador hace algo menos de un año; Mari Carmen Angulo, María Teresa González, Pablo Uriarte, Ibon Imaz, Lourdes Huamami, Sara Escallada, Iñaki Langa; las jóvenes Cristina Muñoz y Eunate Díaz; Maite Bengoa, José María Barrutia, Itxaso Urrutia, Arantza Salcedo, Miren Bilbao, Martin Zulueta y un buen número de hombres y mujeres interesados por la radiografía de aquellas tierras.
Diez minutos antes de que abriesen las puertas guardaban cola en la escalera. Era el signo de la expectación. Una vez abierto el acceso al salón de actos pasaron Antton Bilbao, el médico José Luis Neyro, Patxo Ruiz, Esther Oscariz, José Luis Martínez, Begoña Azkarate; el grupo de amigas compuesto por Inmaculada Gómez, Ivone Tejada, Inés Lago y Ana de la Cruz ; Álvaro Azkona, Isabel González, Ainhoa Arana, Jokin Moreno, Idoia Mugica, Carlos Hernández, María Jesús García, Paco Guerrero, Gonzalo López, Gonzalo Suárez, Maite Ortegosa, Nekane Aristondo, Leyre Garai, José Antonio Bilbao, Alberto Mañueco, Mari Carmen Agirre y así, dale que te pego. Dani y Mikel han dado con la fórmula adecuada, fuera de academicismo, hablándolo todo a calzón quitado. Cuentan que hace no mucho hablaron sobre Gaza. Imagínense el llenazo.