Bizkia Aretoa acogíó este viernes tarde el acto de investidura de la catedrática de Derecho Penal y Criminología de la Universidad Pompeu Fabra, Elena Larrauri, como doctora honoris casusa de la UPV/EHU.

Además, pudieron calarse el birrete 886 nuevos doctores y doctoras. Aunque el festival de colores de mucetas sobre togas pudiera hacer pensar lo contario, evento solemne y sujeto a estricto protocolo que se remonta siglos atrás. Comitiva de autoridades académicas que accede desde el exterior entre dos filas de doctorandos que no pueden cubrirse con el birrete hasta recibir la investidura; ingenieros industriales con sus medallas prendidas del pecho; y la rectora, Eva Ferreira, la última de la comitiva, makila en mano. Muy serio todo el mundo. Pero doctores jovenzuelos cedían a la tentación y se sacaban selfis agarrados del hombro. Es el signo de los tiempos.

Llevaban birrete en la cabeza las doctoras en ciencias experimentales Ester Lete y Nuria Sotomayor, o sus colegas expertos en prehistoria María José Iriarte y Álvaro Arrizabalaga. Recibió el título de doctor en Bellas Artes Félix Macua, ex redactor jefe de DEIA; el de Derecho, la candidata María del Río. Así como, en distintas materias, Iker Llama, Asier Carral, Carlos Santiago, Aratz Muguerza, Eduardo de la Torre, Bingen Guitiérrez, Bruno Felipe da Costa, Martín Bilbao, Mohaddase Hamidi, Paula Corte, Miren Aierdi, Izaskun Orbegozo o Nagore Enbeita.

Profes del 73

También eligieron la fecha de ayer para otro acto social unas personas admirables: profesoras y profesores del Plan Experimental de Educación de 1973. Los primeros de la democracia. Las primeras que dejaron de ser conocidas como maestra de escuela para pasar a ser profesora de historia, o ciencias, o cualquier otra especialidad. Pioneras y pioneros de la educación.

Más de cuarenta se citaron para almorzar en La Viña del Ensanche. Cumplía medio siglo su diploma enmarcado. Estaban Ignacio Villota y Paco Gómez, que fueron ¡profesores! de la promoción. Echaron de menos a otro profe, el de Sicología Juan Mari Uriarte, al que un imprevisto impidió acudir. “Éramos muy fans del futuro obispo”, aseveró Antonio Clemente. Se abrazaron Nekane Larrazabal, Manoli Catalina, Lourdes Iztueta, Margarita Aresti, Elixabete Ikobaltzeta, Amaia Urtiaga o María José Bilbao. El inflexible protocolo consistía en “ponernos al día y tomar unos potes por aquí despues de comer”, desvelaron.