EL día de ayer estuvo bañado en las longevas y curativas aguas de la tradición. No en vano, fue la fecha elegida para la apertura del 128 curso de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, una institución que hoy preside Ricardo Franco Vicario y por la que han pasado nombres propios de consideración, primeras páginas de la medicina de Bilbao a lo largo de tanto tiempo. La Academia. Solo con evocarla uno viaja en el tiempo aún más atrás, habida cuenta que fue la denominación de una institución educativa de la Atenas clásica: la Academia fundada por Platón, que debía su nombre a un héroe legendario de la mitología griega, Academo, en unos terrenos adquiridos por el filósofo alrededor del 384 a. C., donde existía un olivar, un parque y un gimnasio.

No nos vayamos por los cerros de Úbeda. Lo que quería explicarles es que siempre fue un centro de enseñanza, así que en la apertura del presente curso hubo una conferencia, una lección para avivar el fuego del conocimiento. En un día de luna llena para los saberes de la ciencia apareció, también, su cara oculta. No en vano, Enrique Echeburua, catedrático emérito de Psicología Clínica de la UPV/EHU, pronunció una conferencia inaugural con un título desasosegante: Abuso sexual en la infancia: las claves del problema. Dejó un reguero de preocupaciones. Que el abuso infantil puede afectar hasta el 15% de los menores; que este tipo de violencia, sin un tratamiento psicológico adecuado, puede afectar de por vida a la víctima o que estos abusos tienen lugar de forma habitual en el entorno familiar. ¡Buff!

La celebración del nuevo curso académico tuvo lugar en la Sociedad Bilbaina que preside Juan Goiria. Más en concreto en el Salón francés. Allí se reunieron la consejera de Salud, Gotzone Sagardui; el vicerrector de la UPV/EHU, Guillermo Quindós; Agurtzane Ortiz, secretaria general de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao; la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de Deusto, María Carrasco Zabaleta; el diputado foral de Acción Social, Sergio Murillo; la directora de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao, Ana Collia; Víctor Etxenagusia, Juan Oleaga, Rosa Val, Elixabete Undabeitia; la presidenta del Colegio de Enfermería de Bizkaia, María José García Etxaniz, y su gerente, Ignacio González; Juan Hernández, Verónica Tiscar, presidenta de la Academia de Farmacia; Flavia Erazo, presidenta del Colegio de Farmarcéuticos de Bizkaia; Juan Uriarte, Eugenio Domínguez, emisario del Colegio de Médicos; Iban Arrien, Joseba Vidorreta, director de Quirón, Jorge Díez, en nombre de IMQ; Elena Suárez, Marisa Arteagoitia o Jesús Rodríguez entre otros nombres propios de las ciencias de la salud a las que tanto debemos.

Entre ese elenco se movía el gerente de la Sociedad Bilbaina, Manu Suárez. Mientras, la gente iba saludándose. Sin ir más lejos, el psiquiatra José Martin Zurimendi saludaba al ponente, Echeburua, con un abrazo sentido y una charla en privado, mantenida en un rincón. Saul Vicente, embajador de Docor Comunicación, y Loreto Fernández de Mendiola se movían en las entrecajas, ajustándolo todo, engrasando la maquinaria para que se mantuviese a buen ritmo. Lo hicieron de fábula. Vivieron de cerca toda la ceremonia Ainhoa Eguren, Amaia González Moro, Juan Carlos Moro, Mercedes Díaz, Adelina García, Susana Esteban, José Manuel Llamazares, Isidoro Beltrán, María Cabrera Pérez, Nekane Basabe, Laís Queiroz Fernandes, Sandra Villanueva, Marianna Benedetto, Susana Corral, Elena Rodríguez, Natalia Ojeda, Elena Olalde y un sinfín de hombres y mujeres que se acercaron a vivir una tarde de encuentros e intercambio de conocimientos. Fue un tiempo de respiro pero ya hoy todos ellos y ellas estarán de nuevo en las trincheras, en la primera línea de defensa de la salud. Saben cómo hacerlo. Y lo hacen a las mil maravillas.