LA raíz latina de la palabra tradición, tradere, nos deja un hermoso significado: entregar y transmitir. No debiéramos decir que no a las tradiciones que nos llegan de antaño; ocurre a menudo que las viejas costumbres guardan en la memoria cosas que los sabios necesitaban saber. Y aún les diría más, de manos de Castelao. A él me sumo cuando decía que “la verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente del tiempo. La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad”.
Ayer Bilbao recuperó la romería hacia el santuario de Begoña. Hace 100 años ya se fijó la conmemoración litúrgica de la Amatxu de Begoña, como patrona de Bizkaia, en el día 11 de octubre. Desde entonces hay costumbre de peregrinar a los pies de la Amatxu en una romería oficial. Ayer volvió a recuperarse en su totalidad tras dos años de corto recorrido. Lo hizo desde la plaza del Arriaga con un pasacalle, ascensión por las Calzadas de Mallona y llegada hasta el templo. Los romeros, con Juan Antonio de Arbaiza, gran benefactor y la persona más respetada y querida de la Semana Santa como Romero de Honor 2022, fueron acompañados por txistularis como Mikel Bilbao, sus hijos Patrik y Lander y Beni Egiguren; grupos de danzas como Erreka Ortu y fanfarrias como Bertoko, cerrando la comitiva la Junta Directiva de la Cofradía Allí iban Javier Diago, Isidro Elezgarai, José Andrés Etxebarria, José Ramón Vitores, Txuskan Coterón, el poeta Misere Josephe, Antonio Perdices, el guion Vicente Aginako, Beatriz Marcos, Marian García, María José Bengoa, José Mari Amantes, María Luis González y toda una corte ciudadana que llegó a la puerta del templo, con el nuevo párroco del santuario, Ignacio Fernández. como guía.
Otra de las grandes tradiciones en días grandes como el de ayer es la Salve de los Txikiteros, una cita tradicional a los pies de la hornacina de la virgen txikitera. Marcó el ritmo del cántico el coro Ars Viva con Yolanda Quincoces a la dirección (el pueblo se apabulló con sus voces y no corearon la Salve como es costumbre...), antes de que Eduardo Velasco recordase a Josu Soldevilla como uno de los impulsores actuales. Testigos de todo ello fueron Andoni Ortuzar, Itxaso Atutxa, Borja Elorza, Itziar Urtasun; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, Amaia Arregi, Gonzalo Olabarria, Joserra Taranco, Begoña Castaño, Rosa Pardo, Rafa Gardeazabal, Cristina Motta, Inma Legarreta, en nombre de la Peña Athletic, donde se sirvieron refrigerios a la calle, Boni García, Carmelo Sánchez Pando, Tomás Sánchez, Julen Criado, Sabino Gutiérrez, Iker Urkidi, Marino Montero, Janire Torvisco, Juan Armentia, Jujo Ortiz y todo un pueblo que canta.
