TRAS el fin de la guerra de Crimea, Florence Nightingale comenzó a ser conocida como la dama de la lámpara a partir del poema Santa Filomena de Henry Wadsworth Longfellow, publicado en 1857 cuyos versos decían “¡Mirad! En aquella casa de aflicción / veo una dama con una lámpara. / Pasa a través de las vacilantes tinieblas / y se desliza de sala en sala”. En 1859 se publicaron sus Notas sobre enfermería: Qué es y qué no es, un pequeño libro que sirvió como base del programa de estudios de la Escuela Nightingale y de otras escuelas de enfermería que siguieron el mismo modelo. Se convertía, así en la matriarca de la enfermería moderna.

Tan es así que en enero de 1974, se tomó la decisión de celebrar ese día el 12 de mayo al ser esta fecha el aniversario del nacimiento de Florence. Como quiera que este año cayó en domingo, el Colegio de Enfermería de Bizkaia que preside María José García Etxaniz lo celebró ayer, en el Palacio Euskalduna, donde más de 600 profesionales del ramo se sumaron a la conmemoración, ilustrada con una conferencia del profesor Pedro Miguel Etxenike, titulada Ciencia. Cultura. Economía. Belleza, charla en la que habló de los altos vuelos de la ciencia al agitar las alas de la imaginación. “Es económicamente decisiva”, dijo. “De hecho, hoy sabemos que alrededor del 30% del producto interior bruto mundial tiene su base en conocimientos relacionados con la física cuántica, como la microelectrónica o todo el desarrollo derivado de las tecnologías de la información”. Para revestir con belleza a los números, Etxenike redondeó sus palabras recordando a los presentes que “la cosa más poética, más poética que las flores, más poética que las estrellas, la cosa más poética del mundo es no estar enfermo”, una vieja cita de G. K. Chesterton.

Premios y brindis La tarde se redondeó con premios y brindis. La investigación de Roberto Abad, Socorro Luengo y Verónica Tíscar se llevó la medalla de oro de los premios Vicenta López Echevarría a trabajos de investigación de enfermería, mientras que la plata fue para Marta Mena y el bronce para los estudios de Ianire Elgezabal. Junto a los premiados se sumaron al brindis de la celebración de una fecha marcada por prefijos vanguardistas como nano, bio y neuro gente como el secretario general, Ignacio González; Manuel Guerro, José Ramón Sánchez Isla, Eguzkiñe Gallastegi, Luis Berasategi, Pilar Lekuona, Juan Carlos de la Cruz, Meritxell Elgezabal, Agustín Martínez Ibargüen, Izaskun Oiarzun, Fernando Ramos, secretario de la Academia de Ciencias de la Enfermería; José Ignacio Cea, Inmaculada Merino, Begoña García, Mónica García, Amaia Gonzalvo, Victoria Muñoz. Aintzane Garrido, Álvaro Ortega, Carmen Górgolas, Maika García, Begoña Areizaga, Marije García Hurtado, Adita Alba y una legión de nombres propios enfermeros.