De los verdes prados de Laukiz a la sabana africana. Rendirse no es una opción cuando tienes un motivo por el que luchar. Y cuando esa motivación es solidaria, el impulso es mayor, según relata el montañero laukiztarra José Manuel Iñarrea, cuyo empeño por dar visibilidad al síndrome de Dravet -una forma rara y catastrófica de epilepsia- le acompaña en cada expedición dentro del proyecto Apoyo Dravet. Así, en 2019 se marcó como objetivo ascender las montañas más altas de cada continente para recaudar fondos para potenciar la investigación de la enfermedad. Tras conquistar el año pasado el Aconcagua, techo de América, ahora ha puesto su mirada en África y Asia. En concreto, está preparando su asalto al continente africano, donde le gustaría coronar "en junio" el Kilimanjaro, siempre y cuando las condiciones sanitarias y restricciones de movilidad se lo permitan. "En cuanto se pueda volar, voy", afirma.

Con sus 5.895 metros de altitud, el Kilimanjaro, también conocido como Uhuru Peak, es un volcán de triple cumbre -sus tres cimas son Kibo, el punto más alto, Mawenzi y Shira- que se encuentra en el noreste de la república de Tanzania, cerca de la frontera con Kenia. "Coronarlo sería alcanzar un peldaño muy importante porque forma parte del grupo conocido como las siete cumbres.", destaca, en referencia a las montañas más altas de cada uno de los seis continentes, añadiendo además la más elevada de Norteamérica.

Para acceder a la cima de África, considerado el pico aislado más alto del mundo por su desnivel, existen varias rutas establecidas, siendo Marangu y Machame las más empleadas. "He estudiado la ruta que haría y técnicamente no es complicado, pero suele haber muchos casos de mal de altura. De cada tres que intentan subirlo, uno no lo consigue", explica. En caso de que la pandemia se lo permita, además de intentar la ascensión le gustaría disfrutar del parque nacional del Kilimanjaro, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. Su gran tamaño y ubicación, así como el clima, favorecen la existencia de diversos ecosistemas: glaciares, desiertos, paisajes alpinos, sabana y selva. Especialmente característicos son los glaciares de su cumbre, conocidos como "las nieves del Kilimanjaro".

Con el objetivo de dar el impulso definitivo a este proyecto solidario, Iñarrea trabaja en cerrar aspectos relacionados con la financiación del viaje, así como la obtención del correspondiente permiso por parte de las autoridades de Tanzania. Para ello se ha presentado a la convocatoria de becas deportivas Where is the limit, una plataforma de contenidos inspiradores que ofrece financiación a personas que destacan por su "compromiso de cambiar el mundo a través de los valores del deporte y los hábitos de vida saludables". En este sentido, "ofrece financiación a deportistas amateur que llevan a cabo retos solidarios y los diez proyectos más votados optarán a la beca", indica.

Everest 2022

De esta forma, Iñarrea necesita el apoyo popular y los votos para su proyecto solidario Ascender el Kilimanjaro y el Everest por Apoyo Dravet. Y es que además de África, le gustaría conquistar Asia y el Everest, la montaña más alta del planeta. Un reto que, sin duda, son palabras mayores, pero que tratará de cumplir "en 2022". "La ventana idónea para subirlo es en mayo y estoy trabajando en posibles patrocinios", reconoce. "Estoy en buena forma, bien entrenado, y quiero hacerlo antes de que pasen más años y sea ya demasiado tarde", concluye.