Dos cimas, dos fronteras y un mismo reto. El covid-19 le ha obligado a cambiar el calendario previsto pero no ha borrado sus ilusiones. Después de una exitosa ascensión al Aconcagua a principios de año, este verano tenía previsto ascender el Kilimanjaro, pero es “complicado ir en estos momentos a África”, señala el montañero laukiztarra José Manuel Iñarrea, cuyo principal objetivo es tratar de ascender las montañas más altas de cada continente. Dada la situación sanitaria y ante la dificultad de volar a otros países, este verano ha decidido hacer una pausa en su programación y dar un giro a los retos que realiza en apoyo al síndrome de Dravet, enfermedad conocida como epilepsia mioclónica severa de la infancia, una forma rara y catastrófica de epilepsia intratable que comienza en el primer año de vida, con una incidencia estimada de uno de cada 16.000 nacimientos, según detallan desde la Fundación Síndrome de Dravet, con la que colabora José Manuel a través de la campaña Apoyo Dravet.Por eso se ha volcado con un proyecto más cercano. Hacer las dos cumbres más altas de los Pirineos a cada lado de la frontera: Aneto y Vignemale. Lo ha denominado Reto Apoyo Dravet Pirineo y supone poner fin a una larga agonía por el desierto del confinamiento, periodo en el que se ha dedicado a la huerta para mantenerse en forma a falta de cumbres. “He convertido la huerta familiar en una industrial”, bromea.

Durante la desescalada aprovechó el entorno natural de Laukiz para retomar la actividad física y mantenerse activo a base de bicicleta y paseos. Inquieto ante la falta de altitud, primero se embarcará en el reto de subir el Vignemale, de 3.298 metros de altura, a través de una espectacular ruta de 50 kilómetros. “Es un recorrido precioso que discurre entre cascadas y un glaciar. La cima es espectacular, de forma piramidal. Desde las estaciones de esquí de la zona se puede ver en todo su esplendor”, detalla.

Se trata de una montaña que conoce muy bien, puesto que alcanzó su cumbre hace cuatro años, en 2016. Sin embargo, aquella vez no pudo disfrutar de las vistas. “Tengo ganas de volver porque la otra vez subí en invierno y viví en un día las cuatro estaciones del año. Salí con tiempo despejado hacia la cumbre, pero luego me cayó una gran granizada, después sufrí la lluvia y finalmente se metió una gran niebla en la cima que me hizo imposible ver nada”, describe este montañero que filma todas sus conquistas para su canal de Youtube Manu Cumbres.

Expedición

Con una amplia experiencia, ha diseñado al detalle la expedición. Así, el próximo 25 de agosto acudirá al Pirineo francés para atacar el Vignemale. “Iniciaré la subida desde Cauterets. Subiré al Pont d’Espagne y desde allí al lago de Gaube. Después continuaré al refugio de Oulettes de Gaube, desde donde se inicia una subida pronunciada que lleva cerca del Petit Vignemale. Luego se baja al refugio de Bayssellance. En condiciones de subida normal, que se realiza en dos días, aquí se pasa la primera noche. Abajo está Gavarnie. Desde este refugio voy al glaciar de Ossoue, segundo más grande del Pirineo, después del de Aneto. Una vez cruzado el glaciar enfilo la subida final. Mi objetivo es salir de Cauterets a las cinco de la mañana y hacia las doce del mediodía, cima”, explica. “El regreso lo efectuaré por Fruitieres. Descenderé el Vignemale e iré al glaciar de Ossoue, y desde aquí al refugio de Bayssellance. Aquí intentaré comer algo. Desde aquí me desviaré hacia la derecha para ir al Pic de Labas. Algo de descanso en la cima y descenso por el valle de Labas a Fruitieres”, detalla.

Al día siguiente, tiene previsto ascender también el Pic de Midi, en cuya cima, a 2.877 metros, está un observatorio astronómico. Posteriormente, ya por la tarde, acudirá a Benasque para intentar la ascensión el día 27 del Aneto y la Maladeta. “Subiré el Aneto y al bajar ascenderé la Maladeta”, agrega.

Apoyo Dravet

Aunque este año sólo se hable del covid-19, tanto José Manuel como la Fundación Síndrome de Dravet quieren poner también el foco de atención en las enfermedades raras. Por eso llevará de nuevo su banderín de la campaña Apoyo Dravet a lo más alto de los Pirineos. “Aunque sea el año del covid-19 no detenemos nuestro retos. Las grandes farmacéuticas están volcadas en encontrar la vacuna del covid-19 lo que supone dejar a un lado la investigación del resto de enfermedades”, lamenta. Desde la fundación consideran que “en un año duro económicamente por la ausencia de eventos y la reducción del apoyo empresarial, mostrar el banderín e invitar a la gente a colaborar cobra un enorme protagonismo”. El coronavirus “ha paralizado el mundo” pero si algo ha aprendido es que “hay que hacer las cosas en el momento en vez de dejarlas para mañana”, concluye Iñarrea.

El próximo día 25 iniciará la ascensión al Vignemale (3.298 m) y el día 27 atacará la cumbre del Aneto (3.404 m) y Maladeta (3.312 m)

Tras conquistar los Alpes y su cima más emblemática, el Mont Blanc, en enero cruzó el charco para alcanzar una nueva cumbre: el Aconcagua