Ronda fue la primera inquilina. La joven mastín, de pelaje blanco, fue encontrada abandonada y con evidentes signos de maltrato. Estaba débil, delgada y tenía heridas infectadas en su cuello, signo de que había permanecido mucho tiempo encadenada. Un caso parecido es el de Martín, de la misma especie, pero muy diferente a la historia de un tercer can de esa raza, propiedad de un matrimonio de avanzada edad. “Tienen 92 y 87 años y le quieren mucho. El problema es su tamaño y su fuerza. Un día, durante el paseo, pegó un pequeño tirón y la mujer se cayó y se rompió la cadera. Así no pueden tenerle, pero aportan dinero para que le tengamos atendido y vienen de visita”, asegura con satisfacción Víctor Sánchez, uno de los voluntarios que se está implicando en la puesta en marcha y apertura de El Refugio de los Sabios, en Orduña. “Nuestro objetivo es el bienestar animal. Un eje de actuación prioritario es la esterilización de las colonias felinas que hay dispersas por nuestra ciudad y conseguir que las crías sean adoptadas. Y también nos encargamos de recoger animales perdidos o abandonados para buscar una salida a su situación”.Llevan pocos meses de andadura y la familia de El Refugio de los Sabios va, poco a poco, en aumento. Además de varias crías de gatitos callejeros que han estrenado esta misma semana una guardería hecha a su medida, las instalaciones acogen a Zipi y Zape, una pareja de burros “que iban a sacrificar porque su dueño, un ganadero, falleció y no había quién se hiciera cargo de ellos”. Terrible fue la manera y el estado en que fue hallada Clotilde. “Es una cerdita tibetana que, al parecer, fue el regalo que los amigos le hicieron al novio en una despedida de soltero. La pobre fue encontrada atada a la puerta de un bar, después de una noche entera de juerga”, relata Sánchez. Tras intensos pleitos por maltrato animal contra su dueño, han logrado recalar en el refugio dos perritas, madre e hija, de raza pitbull . “Estaban atadas a una cadena, a diez metros una de la otra, dormían sobre sus orines y heces... Después de lo que han pasado, de ser adoptadas queremos que vayan las dos juntas a la misma familia. Si no es posible eso, se quedarán a nuestro cuidado en el refugio, al igual que los dos burritos que son muy dóciles y encantan a los niños”.

Todos los inquilinos de El Refugio de los Sabios han sido localizados en Orduña o los pueblos que conforman la Junta de Ruzabal. “Ese va a ser nuestro radio de acción”, precisa Sánchez al tiempo que quiere dejar claro que, a pesar de que puntualmente se dan casos de maltrato o abandono, “en nuestra ciudad somos muy amantes del medio ambiente, la naturaleza y los animales, y lo que impera es, sobre todo, el respeto y el cuidado”. Ejemplo de ello es que más de un centenar de personas de la ciudad se han implicado, como socios o como voluntarios, en un proyecto que durante el estado de alarma también sirvió para “sacar a pasear mascotas de personas que, por su edad o situación, no debían salir de casa”. Su cometido, ahora, es muy diverso: colaborar en limpiar o adecentar las instalaciones, sacar por turnos a los animales o llevarlos al veterinario, recoger o comprar los alimentos, preparar las comidas, detectar y controlar las colonias felinas que existen en la ciudad, concienciar a la población...

La iniciativa cuenta, además, con el apoyo de numerosos pequeños establecimientos comerciales de la ciudad como fruterías que apartan y dan a la asociación el producto que se está echando a perder, una tienda regala una bolsa de pienso por la compra de varios sacos e incluso una farmacia facilita a la agrupación las obligadas y necesarias mascarillas para garantizar la seguridad de quienes ofrecen su tiempo libre a esta bonita y solidaria causa. Toda forma de colaboración, donación o aportación es muy agradecida y bienvenida y Víctor no puede evitar mencionar a la Carnicería Carmen. “Se ha volcado con nosotros. Además de una ayuda económica que nos va a durar meses, nos pica todos los deshechos y restos del producto que vende. Luego lo va envasando en tarros para que voluntarios los congelen en casa, y cuando es necesario otros se encargan de cocer la carne con patatas y zanahorias para luego mezclarla con el pienso. Así preparamos una alimentación variada y muy completa”.

En La Rondina

Otra piedra angular para que el proyecto haya podido echar a andar es el Ayuntamiento de Orduña que, como primer e importante paso, ha cedido las antiguas instalaciones del campo de fútbol de La Rondina. “A finales del año pasado, presentamos una propuesta junto con más de 650 firmas de apoyo. Fue estudiada y tenemos que agradecer que ha habido consenso a la hora de dar el visto bueno. Tras una reunión, nos ofrecieron esas viejas dependencias deportivas de manera provisional mientras se buscaba otro espacio, ya que se encontraban en muy mal estado por tantos años en desuso. Pero se han ido limpiando, desinfectando y adecentando y cumplen todas las medidas higiénicas y sanitarias para albergar definitivamente este proyecto”, asegura Víctor. Todo están siendo “facilidades y disposición a asesorar en lo que necesitemos”, y en lo que se está trabajando ahora es en la redacción y firma de un convenio entre la administración local y la asociación sin ánimo de lucro “con el objetivo de ofrecer un servicio municipal a través de El refugio de los Sabios, pero gestionado por sus socios y voluntarios”, avanza.

Mientras los trámites legales y administrativos siguen su curso, la actividad en el antiguo campo de fútbol de La Rondina no cesa. Y las alegrías tampoco. Las puertas del refugio están abiertas de 8.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas para recibir visitas “y que vecinos de este y otros municipios vean de cerca lo que estamos haciendo y disfruten con nuestros animales”. El buen trabajo, junto al boca a boca y la difusión por redes sociales, están dando ya los primeros frutos. “Ronda ya ha sido adoptada, aunque seguirá un tiempo con nosotros hasta que se recupere del todo. Martín ha sido apadrinado, y también 5 gatitos por dos chicas de Bilbao que vienen todos los meses con pienso para ellos”. Lo cierto es que dentro del refugio o con sus nuevas familias, todos ellos disfrutan de una segunda oportunidad.