Arantza ÁlavaLa nata de la leche pieza literaria de tan solo 500 palabraconcurso de microcuentos Etxean gaude, baina laster… kaleanEstamos en casa, pero pronto... en la calle

Sobre el argumento de la historia, tan solo desvela que “durante el confinamiento, me di cuenta de lo que es la nata de la leche en mi situación personal y así lo he reflejado”, pero prefiere dejar que el lector “lo descubra por sí mismo”. Y es que, poco más se puede o se debe decir. “Son solo 500 palabras. Lo que quiero es que la gente de Orduña lo lea y espero que guste y sorprenda”. De hecho, algo que entusiasma a Arantza Álava es la intención que tiene el Ayuntamiento de la ciudad de publicar en verano un libro con los mejores trabajos presentados a los concursos de microcuentos y de pintura convocados durante el estado de alarma. “Yo llevo ya un tiempo pensando en autopublicar un libro con mis poemas. Me gustaría hacerlo a finales de año. Y este premio me ha supuesto un empuje emocional y anímico para apostar por este proyecto personal. Además, creo que va a servir para que se empiece a oír mi nombre y mi voz”.

Poesía y prosa

No es la primera vez que Arantza Álava prueba suerte en concursos literarios. “Me he presentado a una decena de ellos de relatos cortos y a otros tantos de poesía, pero es el primero que gano. Y me ha motivado mucho”. Tanto es así, que se ha animado a presentar su libro inédito de relatos cortos Insegura reconocida al Premio de Cuentos Ciudad de Coria. “Aunque mi voz principal es la poesía, también escribo mucha prosa. Y de los dos géneros tengo muchos textos”. Su faceta como creadora literaria la compara con la silenciosa labor de las hormigas. “Soy muy constante y trabajadora. Casi no se nota. Nadie lo ve y la realidad es que escribo algo todos los días a partir de las 12 del mediodía, y durante al menos tres o cuatro horas”.

Esa pasión por escribir surgió en la adolescencia “cuando di forma a mis primeros poemas” e incluso comenzó a estudiar Ciencias de la Información siguiendo, de alguna manera, una tradición familiar. “Mi padre trabajó de tipógrafo para un periódico y mi hermana es periodista”. Arantza, sin embargo, no acabó la carrera y tiempo después se decantó por estudiar italiano en la Escuela de Idiomas de Bilbao. Fue en ese periodo cuando una profesora “alabó mis escritos e, incluso, llegó a decir que mi poesía le parecía fantástica”, lo que la animó a preparar “relatos cortos para una revista en italiano que se empezó a publicar en la Escuela de Idiomas”.

Ese hábito y esa pasión fue a más cuando se trasladó a vivir a Orduña hace catorce años y, en estos momentos, cuenta ya con tanto material que, además de la recopilación de cuentos Insegura reconocida, tiene rematados dos libros de poemas: Insegura reconocida, Una palabra a destiempoEsencia urbana. Esencia urbanaY no solo eso. “Estoy trabajando ya en el tercero”, asegura. Aunque aún no lo tiene del todo decidido, es más que posible que las primeras poesías que vean la luz a través de una autoedición sean las dedicadas a su Bilbao natal. “Echo de menos la ciudad y, esa añoranza, es lo que reflejo en los versos de Esencia urbana. Es un homenaje a mis orígenes”, avanza.

“Durante el confinamiento me he dado cuenta de lo que es esencial en mi vida a nivel personal”

Ganadora concurso microcuentos