Prevén terminar los trabajos de colocación de los bloques del rompeolas antes de lo previsto, para finales del presente mes, y compaginando además las obras con la instalación de la zona de baño para los vecinos. Lo harán, además, con unas piezas de 40 y 80 toneladas de peso, elaboradas con un hormigón preparado con menor huella de carbono y mayor circularidad del mercado. Así lo apuntan desde Hanson-Heidelberg Cement Group, entidad que ha suministrado a esta obra su hormigón H-ECO, “un hormigón en el que se sustituye la mayor parte del árido natural por materiales procedentes de fuentes secundarias, áridos siderúrgicos producidos en el proceso de valorización de las escorias negras de acerías de horno eléctrico. El uso de estos subproductos industriales como materiales componentes del hormigón, evita su envío a vertederos y el consumo de piedra natural”.Las piezas que están siendo colocadas en la dársena bermeotarra se fabrican “con cementos de baja huella de carbono que permiten una reducción superior al 36% de las emisiones de CO2 asociadas a la fabricación del hormigón”. En este caso se ha utilizado “un conglomerante de excelente durabilidad en ambiente marino, que contribuye a la sostenibilidad en la construcción al disminuir las emisiones de CO2 a la atmósfera y a la valorización de subproductos de distintas industrias, que con su moderado calor de hidratación y óptimo desarrollo inicial de resistencias ayuda a limitar el efecto de la fisuración por contracción térmica inicial”. Para la construcción de los citados bloques se han suministrado unos 10.000 metros cúbicos de hormigón en su totalidad.

En concreto, los trabajos para mejorar la estabilidad del rompeolas bermeotarra, sobre todo en sus tramos del interior de la dársena, han supuesto una inversión por parte de la dirección de Puertos del Gobierno vasco de 2,2 millones de euros. Los bloques provienen de la planta de la citada multinacional, ubicada en Gernika-Lumo. “La cercanía de la planta de hormigón, con suministro a tan solo 15 minutos por carretera, también ha sido clave a la hora de garantizar la sostenibilidad medioambiental del trabajo”. Transportados a la villa marinera, una pontona se han encargado posteriormente de su colocación, logrando así no tener que transitar por el puerto viejo.

Durante los últimos años, el puerto de Bermeo ha sido objeto de diversas mejoras, especialmente tras los temporales que han ocasionado roturas en el rompeolas. Así ha sido, por ejemplo, durante las obras llevadas a cabo entre los años 2016 y 2017. En esta última acometida, en concreto, se han colocado un total de 424 bloques de 40 toneladas de peso y otras 93 de 80 toneladas, principalmente en zonas sumergidas del espigón.

Menos CO2. Los bloques que se están colocando en el rompeolas de Bermeo se fabrican con cementos “de baja huella de carbono que permiten una reducción superior al 36% de las emisiones de CO2”.

Mayor estabilidad. Según la empresa fabricante, “con estos bloques se logra una mayor eficiencia hidráulica ya que presentan una estabilidad hidrodinámica frente al oleaje sensiblemente superior a los bloques de densidad convencional”.

Los trabajos. La dirección de Puertos del Gobierno vasco destina 2,2 millones de euros al afianzamiento del rompeolas.