DEIA Hemendik Sariak: Eskuinaldea, una comarca con pedigrí

De Barrika es Josu Elorriaga. Los DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak entrañan, sobre todo, cariño y eso es lo que se ha ganado en grandes cantidades este hombre, tras 37 años trabajando en la localidad. El actual encargado de la brigada municipal dirá adiós a sus tareas en torno a abril del próximo año. Asoma la ansiada jubilación. “Son muchos años y sí llegas un poco cansado porque es un trabajo que requiere de esfuerzo físico y tienes que estar un poco en forma. Ya llega un punto en el que te vas cansando y empiezas que si la espalda no sé qué, que si del otro lado no sé cuál… Barrika no tiene mucha población, pero tiene mucha extensión. Y limpiar las esquinas de los caminos ya es trabajo…”, sostiene. Son momentos de echar un vistazo hacia atrás, de hacer valoraciones, de repasar toda una trayectoria. Y lo que queda, lo que más pesa, lo que uno guarda con más afecto es a los vecinos de Barrika. “Con la gente del pueblo la relación ha sido espectacular. Yo soy de Barrika. Vivo en Getxo porque en Barrika no había forma de vivir. Mis hermanas y mi madre se quedaron en el caserón, pero mi hermano y yo nos tuvimos que ir. He vivido 34 años en Barrika hasta que me fui y luego he trabajado aquí toda la vida. La gente del pueblo es lo mejor. Es lo que me llevo. El trato con la gente es espectacular. Antes cuando había más funerales, iba el 90% de la gente, claro, conoces a todo el mundo”, comenta Josu.

A la hora de mirar por el retrovisor, a los inicios. Josu recaló en el Consistorio tras unas pruebas para Correos. “Yo me estaba presentando a oposiciones y me presenté a las de Correos, pero no tenía puntos. Saqué la segunda mejor nota de Bizkaia pero no me sirvió. Y salió la del Ayuntamiento de Barrika y me presenté. Entonces al Ayuntamiento no quería venir ni Dios porque pagaban un pingo. En aquella convocatoria nos presentamos doce personas”, repasa. Ya en el terreno, rememora “cómo costó que la maquinaria llegara” para realizar sus funciones. “Recuerdo que empecé cortando a guadaña en las esquinas de las carreteras y eso que ya existían desbrozadoras, pero otra cosa es que las tuviese. Tardaron en llegar. La motosierra la llevaba yo de casa y la reventé. Creo que se invertía poco en maquinaria, vestuarios, en la gente… El inicio fue complicado”, considera. Es sincero y esa es una cualidad que lo define, sin duda. “Yo no soy el tío más paciente que hay en el mundo y a veces tengo mal genio. No miento nunca a nadie y tengo que decir algo, lo digo. Con la anterior corporación fue así, estuve con ellos y les dije el primer día: Yo no os voy a contar lo que queréis oír, diré lo que está bien y lo que está mal. Suelto las cosas como las pienso. No tengo pelos en la lengua”, admite él mismo. Eso explica que traslade afirmaciones como: “Hay cosas en las que veo que no se ha avanzado como yo quisiera”.

Los años están acumulados, el cariño guardado y las vivencias capturadas. En su querida Barrika. “Entre los vehículos que tengo el Ayuntamiento y los que he usado fácilmente tengo hechos 200.000 kilómetros por el pueblo”, desvela.

Otro Josu, en este caso, Hernández. Sobre él recaerá uno de los galardones más especiales de la velada. Es el presidente del Berango Atletismo Taldea, alma máter de la Milla Internacional de Berango, la mejor prueba en ruta del Estado. Hombre ligado al mundo del atletismo, lleva desde 1984 impulsando este deporte en el municipio. Primero con una escuela de niños y niñas y desde 1990 acogiendo a deportistas ya federados. Muchos años recorriendo las pistas de Bizkaia y del Estado para fomentar e impulsar el deporte de cantera. Su pasión por este deporte le llevó a competir de 1981 a 1989, sin embargo, unos dolores de espalda le obligaron a dejarlo. Fue entonces cuando se volcó en la enseñanza y en compartir el amor por este deporte. Fruto de ello convirtió un sueño en una realidad. La Milla Internacional de Berango ha situado a Berango en el mapa internacional del atletismo y buena culpa de ello es de Josu, que después de la edición celebrada ayer, la número 35, cederá el testigo tras tantos años al pie del cañón. “Este reconocimiento después de todos estos años me llena de gratitud. A partir de ahora espero que la Milla siga brillando como hasta ahora porque cada año nos hemos ido superando”, indica.

Unos cuantos añitos lleva también en marcha la comisión de fiestas de Urduliz. Detrás de cada celebración popular de los pueblos siempre hay un grupo de personas que ofrece su tiempo y dedicación de forma desinteresada para que todo salga adelante. Un trabajo en la sombra pocas veces reconocido pero que también merece su premio. En este caso, además, llega en pleno aniversario. Y es que la comisión de fiestas de Urduliz-Urdulizko Jai Batzordea acaba de cumplir 30 años diseñando las fiestas de Andra Mari. Ocho voluntarios y voluntarias trabajan durante el año para brindar al pueblo una variada oferta festiva. Se trata de Sonia Sánchez, Olga Jiménez, Verónica García, Saloa Unibaso, Aner del Río, Josu Unibaso, Manex Lopategi y Diego Izquierdo.

Getxo Bolue Igeriketa Taldea DEIA/ B. Guerrero/ Cedidas

En este sentido, a lo largo de los años las fiestas de Urduliz han cambiado mucho. La primera comisión se formó con integrantes del antiguo equipo de herri kirolak del pueblo y de balonmano. Actualmente, se han sumado representantes de la asociación de mujeres Inola y de otros ámbitos de la vida social del municipio. De la misma forma, el programa de actos ha ido creciendo a lo largo de los años y los antiguos campeonatos de lanzamiento de alpargata o la carrera en calzoncillos se han ido sustituyendo por otro tipo de eventos. Durante este tiempo, su trabajo ha evolucionado y han adquirido mayor libertad y poder de decisión. “Cuando empezamos nos tocaba hasta barrer la zona festiva para ayudar a la brigada municipal”, relatan Manex y Diego, dos de los veteranos del grupo. Además de tener que echar una mano en las labores de limpieza, su labor estaba completamente condicionada por el Ayuntamiento. “No teníamos poder de decisión a la hora de plantear eventos y actividades”, recuerdan.

Buen provecho

Las palabras privilegio, gozada o disfrute que se adhieren a la perfección a esta comarca son aliñadas con gusto por el Restaurante Zuen Etxea. El establecimiento hostelero de Gorliz contribuye y de qué manera a todo ese menú placentero que es Eskuinaldea y Uribe Kosta. Claro, cómo no lo va a hacer con su enclave, cerca del puerto de Plentzia, con sus pescados, con sus mariscos, con su barra de pintxos, con su terraza envidiable, con su decoración tan acogedora y acertada… Desde Iturgitxi Kalea, 4, este local aporta calidad gastronómica a la comarca.

“Todo estaba buenísimo. La atención muy buena. Pedimos besugo, entrecot, almejas, rabas con croquetas y la tarta de queso”. “El servicio impecable los camareros muy atentos y la comida era deliciosa buen producto fresco y bien trabajado sin duda uno de esos sitios para volver”. “Lugar emblemático de este pueblo junto al mar, con clase. La atención de 10. Excelente cocina”. Son algunas de las reseñas en Google sobre Zuen Etxea. Ellas hablan por sí solas. Y de puertas para adentro todo es gracias a Luis Alberto y Carlos Benito, que se encargan de la barra y de atender el local y al cocinero Joseba Álvarez, a los fogones desde hace un año tras su larga experiencia en el restaurante Gardoki en Sopela. Clotilde Omagogeaskoa, que fue la cocinera del establecimiento durante más de dos décadas y continúa preparando algún postre, y Ramón Benito fueron los que subieron la persiana por primera vez de este negocio en 1987.

Comisión de fiestas de Urduliz DEIA/ B. Guerrero/ Cedidas

Por otro lado, la ceremonia en Barrika tendrá un alto componente deportivo, porque de esta tierra salen excelentes frutos, como Getxo Igeriketa Bolue Kirol Elkartea. Prácticamente cada fin de semana hay que hablar de medallas en su seno. Enumerar su palmarés y sus récords necesitaría más espacio del que hay en estas páginas. Es un club de brazadas de éxito, en todas las categorías, en todas las edades, en natación y en waterpolo, porque esa es la bicefalia triunfadora de esta entidad que nació en 1979. Pero lo conseguido la temporada pasada sí requiere de un enorme destacado: “A nivel deportivo, fue la mejor de la historia”, reconoce el gerente, Urko Arregi. En natación femenina, medallas en el campeonato de España en todos los ‘escalones’. Y el conjunto senior masculino de waterpolo fue tercero en el campeonato de España de tercera división. Son los frutos de los pasos que se empezaron a dar en 2009 encaminados a convertirse en un club profesional. “La temporada pasada se vio la explosión a nivel deportivo de todo ello”, admite el responsable.

Precisamente fue Arregi el que accedió a la presidencia entonces con propuestas que tenía ya en mente años atrás tras toda una vida en Getxo Igeriketa como nadador y como entrenador. Organizar más actividades, gestionar monitores de natación… fueron algunas de las ideas que se fueron materializando. Por eso, a día de hoy, este club está al frente de las actividades acuáticas infantiles de Getxo Kirolak. “Tenemos a cerca de 1.100 niños en formación que luego pueden mejorar la enseñanza y el nivel o seguir más adelante en el club”, apunta Arregi. Por eso también actualmente los entrenadores de natación y waterpolo de Getxo Igeriketa están profesionalizados. El punto de inflexión, tras casi una década de esfuerzo y trabajo, llegó en 2017, cuando se profesionalizó también el cargo de gerente que pasa a asumir el propio Arregi. Escolares sin edad de competir, natación escolar, natación federada, waterpolo escolar y waterpolo federado son las firmes patas de este proyecto que reúne a unos 220 deportistas con seis equipos de waterpolo, uno de ellos el cadete femenino. El objetivo es recuperar el senior femenino. La modalidad de la natación es “muy potente”, como indica el gerente. “En los últimos veinte años hemos estado entrando y saliendo de las copas de España con chicos y chicas”, señala.

Por diferentes etapas ha pasado Leioako Emakumeak. La época dorada, extraordinaria, que motivó el nacimiento del Athletic femenino desde sus entrañas, fue espléndida y luego ha habido que ir sorteando altibajos. Ahora, tras la llegada de Juanlu Santos y su equipo a la directiva el pasado mes de abril, hay un nuevo proyecto ilusionante. “Conseguimos 41 niñas nuevas y estamos muy contentos”, proclama Santos. Por lo que esta temporada, el club ha arrancado con unas 110 jugadoras distribuidas en seis equipos. “Tenemos una estructura masculina muy importante, pero en la femenina hay que estar en la pelea”, confiesa el responsable. Consciente de ello, sus compañeros y él lo harán. “Como aita de una niña a la que le gusta el fútbol, quiero que tenga la opción de llegar al senior”, reflexiona. De ahí que la palabra “autoabastecerse” desde abajo sea el objetivo de la entidad. En este sentido, trabajar con los colegios de Leioa es una de las claves.