KULTUR Leioa abrió ayer JUEVES sus puertas para reconocer a aquellas personas, asociaciones y entidades que con su valía permiten construir el carácter y espíritu de Eskuinaldea-Uribe Kosta. El espacio cultural leioaztarra albergó la XV edición de los Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak, una ceremonia que estuvo llena de emociones, dosis de humor y alegría por volver a ver sonrisas a cara descubierta de esas que se echaban en falta.

La entrega de premios tuvo ingredientes que la convirtieron en inolvidable. El primero en subir al escenario fue el director editorial y de contenidos de NTM, Iñaki González, quien destacó el “privilegio” que supone recorrer los pueblos de Bizkaia y reconocer el compromiso de las personas que mantienen “el pulso de los municipios y la comarca”.

Acto seguido le cedió el testigo al anfitrión de la velada, el alcalde de Leioa, Iban Rodríguez, quien enfatizó las ganas que había de “volverse a juntar y poner en valor el trabajo de tantas personas que hace de los municipios lugares más agradables”.

En una ceremonia perfectamente dirigida por el maestro de ceremonias, Alain Salterain, el primer invitado en subir a recoger su galardón fue uno de los máximos representante del fútbol femenino en Bizkaia, Bizkerre Futbol Taldea. Desde sus inicios ha apostado por fomentar el deporte y los éxitos se ven en el primer equipo. “El objetivo es que jueguen y se diviertan, pero también que aprendan valores”, subrayó su presidente Ricardo Otxoa.

Por otro lado, si alguien representa perfectamente lo que son las raíces de la comarca esa es Marieli Fano, lechera de Urduliz durante 23 años. Una materia prima que ahora emplea para hacer “un arroz con leche extraordinario”. Otra de esas personas queridas y reconocidas en su municipio, en este caso Barrika, es Maruja Rodríguez, que desde su estanco se ha ganado el cariño y el respeto de todos sus vecinos y vecinas. “Eso es lo más importante”, aseveró al tiempo que bromeó con su plena dedicación. “Alguna vez incluso se me ha quemado la comida mientras atendía”, reconoció.

Quienes recuperaron el sabor de la tradición y la putxera en Sopela fueron el colectivo Marmiton, que puso en marcha el Memorial Pepetxin. “Es el reconocimiento a un trabajo duro porque empezamos de cero. No había tradición en Sopela y acertamos”, apuntaron. Otra de esas personas indispensables en la comarca es Inazio Nieva, quien se llevó, merecidamente, la ovación del público. Ha pasado momentos duros, pero se ha convertido en un divulgador de las personas con diversidad funcional. “Este premio va por todas esas personas que no tienen voz”, exclamó.

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Cuando los sentimientos mandan

Si hay alguien que representa a la perfección el espíritu solidario ese es Iñigo Mijangos, que a través de Salvamento Marítimo Humanitario ha puesto el foco en el drama que se vive en el Mediterráneo. “Llevo 6 años trabajando en esto y el camino recorrido va hacia atrás. La solución es cuestión de voluntad política”, lamentó.

Quien encarna a la perfección los valores deportivos es Olaia Tejeda, que empezó a bailar “durante la pandemia “ y ha dado una vuelta de tuerca al patinaje al combinar esta modalidad deportiva con el baile.

Durante la pandemia si algo se ha echado en falta es el poder salir de fiesta. De que todo salga a la perfección en Plentzia se encargan los componentes de la comisión de fiestas, quienes brindaron su premio “a todo el pueblo”.

De Sestao a Armintza para seguir ahondando en la mitología y la cultura vasca se trasladó el escritor Aritza Bergara, quien avanzó que ya piensa en el próximo 3 de diciembre, fecha en la que presentará su próxima publicación en Alicante “donde hay mucha gente aprendiendo euskera”. Hace una década, Marina Goñi y Peio Atxalandabaso tuvieron la idea de organizar un festival centrado en el diseño gráfico. Ahí nació el Serifalaris, sobre cuya próxima edición ya están “reflexionando”.

Por último, la Banda de Música de Leioa, que celebra sus bodas de plata este año, despidió la entrega de premios con la emoción de Marta Velasco como máxima representante del camino andado y la música del relevo generacional que se abre paso para dar el do de pecho .