L mal sueño no termina de acabarse. La pandemia que ha cambiado la vida y las rutinas de la sociedad ha llegado con fuerza este otoño y, aunque los datos animan a pensar que pronto terminará esta ola, las necesidades siguen estando presentes. Y tanto los ciudadanos de Busturialdea como de Lea Artibai han demostrado que si se trata de arrimar el hombro, ellos son los primeros. Si hay que prestar una atención a las personas en una situación más vulnerable, buscan los recursos y las estrategias para llevar a cabo su objetivo. Por eso, los XIII Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak son tan necesarios en este 2020 para olvidar. Quieren reconocer esa labor desinteresada e impagable que durante los meses más crudos del confinamiento han realizado las entidades galardonas.

El Banco de Alimentos de Markina-Xemein, Cruz Roja Gernika o Kate Sarea han arrimado el hombro para que las personas que ya estaban en una situación de riesgo y las nuevas que han llegado hasta sus puertas (por el cese de la actividad económica no esencial) tuvieran un espacio donde encontrar respuestas. Les guiaban, les ayudan en el camino burocrática y, sobre todo, les proporcionaban alimentos para que sus necesidades básicas estuvieran cubiertas.

Cada una de ellas ha desarrollado su labor con los medios de los que disponían, reclamando a otras instituciones su apoyo y con un grupo de voluntarios, que a pesar de las dificultades que había por la situación sanitaria, no se echaron para atrás. Al contrario, dieron un paso adelante.

Iniciativas sociales que tenían un fin solidario también se quedaron paradas por la pandemia. Fue la que tenía en marcha Batera Gara con el objetivo de recaudar fondos para la fibrosis quística. Y recurrieron a las redes sociales para dar a conocer su proyecto y la respuesta fue increíble. ¿Qué estarán preparando para 2021?

Uno de los elementos más importantes para evadirse de tantos días de estancia en casa fue la cultura. Y ahí las redes sociales se convirtieron en el mejor vehículo para llevar a cuantos más domicilios mejor. Urdaibai Dantza Taldea y Lekitto Musika Banda animaron a los vecinos con lo mejor que saben hacer. Los dantzaris de Forua propusieron, vía Facebook, danzas y pasos para aprender en esas largas tardes. Y los de la localidad costera afinaron sus instrumentos para desde sus casas interpretar conocidas canciones y permitir a los ciudadanos disfrutar con una música realizada con la mejor de las intenciones.

Y cuando la calle se convirtió en una segunda casa de nuevo, los integrantes de la asociación Photoka fueron conscientes del recelo de la población a entrar en espacios cerrados por lo que decidieron trasladar su exposición al aire libre. Y utilizando las vallas electorales como soporte de sus creaciones.

Acciones desinteresadas y cultura que han hecho que estos últimos meses fueran un poco menos difíciles. Eskerrik asko.